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lunes, 24 de febrero de 2014

PINUS CHIAPENSIS, UN ORGULLO FORESTAL DE CHIAPAS, MÉXICO, PARA EL MUNDO[1]


“Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan”  

Nietzsche



ANTECEDENTES

 

El Pinus strobus L., nativo de América del Norte (una zona triangular cuyos vértices son Terranova, Manitoba y Norte de Georgia), despertó gran sorpresa cuando se creyó haberlo encontrado en el estado de Chiapas, sin que se existiera en algún lugar intermedio, es decir, ni en el Centro ni en el Norte de México. Originalmente se pensó en que podían haber sido árboles cultivados, pero una amplia investigación demostró que era completamente silvestre.


El destacado botánico mexicano, Maximino Martínez (1948), realizó una comparación con ejemplares de Estados Unidos y no encontró en el pino de Chiapas diferencias especificas, aunque fundado en que las hojas son más delgadas y finas, los canales resiníferos son comúnmente tres en vez de dos, y de acuerdo a las características presentes en ejemplares norteamericanos, él lo consignó como una variedad del Pinus strobus L., a saber  Pinus strobus var. chiapensis. Más tarde Andresen (1966) recomendó que éste fuera elevado de variedad al rango de especie, quedando como Pinus chiapensis (Martínez) Andresen. Al respecto la literatura botánica nacional, de décadas recientes, emplea de manera extensiva el nombre de Pinus chiapensis, constituyendo esto un orgullo forestal mexicano (procedente de Chiapas) sobre nuestro patrimonio natural.



¿CÓMO ES EL ÁRBOL?

El llamado Pinabete, Calocote (=Acalocote) y Tnotzin en Chiapas, es un árbol de la familia Pinaceae, de 20 a 35 metros de altura y de 60 a 90 centímetros de diámetro, aunque en los sitios más protegidos y conservados algunos individuos alcanzan los 50 metros de altura y más de un metro de diámetro.


Su forma es piramidal, con un fuste o tronco muy recto, protegido por una corteza de color moreno o pardo-grisáceo, fisurada o escamosa, en placas más o menos rectangulares, pero lisa en árboles inmaduros.


Las hojas [lo más correcto botánicamente hablando es acículas],  son muy suaves y están extendidas o péndulas en fascículos de 5, de 7 a 12 centímetros de largo y de 0.5 a 1 milímetro de ancho, con las líneas estomáticas muy notorias en la parte dorsal de la hoja. Los conos, piñas o pinochas [lo más correcto botánicamente hablando es megastróbilos] se presentan en grupos de 2 a 3, de forma cilíndrico-acuminados a elípticos, de 8 a 10 centímetros de largo por 4 a 5 (hasta 6) centímetros de ancho, con las escamas ovulíferas aplanadas, de 1 a 4 centímetros de largo y por 1 a 2 centímetros de ancho, con el umbo terminal de color pardo claro,  resinoso, de 6 a 10 milímetros de largo, y de 7 a 14 mm de ancho.


Las semillas son de color café oscuro, algunas veces moteadas, con un tamaño promedio de 6 a 7 milímetros de largo y 2 a 4 milímetros de ancho, presentan una ala oblonga, de 15 a 25 milímetros  de largo, muy adherida o adnada.


La liberación de polen generalmente ocurre durante marzo, pero los conos sueltan la semilla de agosto a septiembre. Muy raramente se podrá cosechar semilla durante octubre y noviembre, aunque hay que estar muy a la expectativa del comportamiento fenológico en correspondencia con el estado del tiempo a nivel local.


¿QUÉ USOS TIENE SU MADERA?


La madera de esta especie es fácil de trabajar, resistente y durable. Presenta un buen pulido, excelente clavado y engrapado. Es excelente materia prima en la producción de pulpa para papel. En Chiapas se utiliza principalmente para la obtención de madera aserrada para la construcción, cajas de empaque, duelas de pisos, mangos para escoba. En Oaxaca se obtienen beneficios de la resina, que es empleada en el curtido de pieles. Y se ha encontrado que la corteza y la resina tienen propiedades medicinales para enfermedades respiratorias. En Veracruz es apreciada para la construcción de cabañas, carpintería y decoración de interiores.


¿CUÁL ES SU HÁBITAT NATURAL?


Se localiza por lo general en laderas de cerros húmedas y cañadas con pendientes muy fuertes (abruptas), entre los 500 a 2,300 metros sobre el nivel del mar, a menudo en ecotonía con la Selva Mediana Subperenifolia y el Bosque Caducifolio. Prospera mejor en suelos bien drenados, de tipo areno-arcilloso-limoso o bien de textura gruesa, ácidos (pH entre 4.5 y 5.5) y profundos (más de 1 metro de profundidad).


El clima que mejor le asienta corresponde al semicálido húmedo, con una precipitación media de 1,500 a 2,500 mm anuales, distribuida en todo el año, con una  temperatura media anual de 18.5 a 22.5 °C y con temperaturas máximas promedio de 35 °C y mínima 5 °C. Esta especie no es resistente a las heladas.


¿DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA MESOAMERICANA?


 P. chiapensis es una especie de distribución limitada, endémica de México (Veracruz, Guerrero, Puebla, Oaxaca y Chiapas) y de Guatemala (El Quiché y Huehuetenango). Algunos botánicos forestales pretenden circunscribir a esta especie dentro de la Flora Mesoamericana. Se trata de una especie restringida principalmente sólo a pequeños bosques relictuales.


¿ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN O ESTATUS ESPECIAL?


La ampliación de la superficie agrícola y pecuaria, junto con el aprovechamiento desmedido o irracional de su madera, ha provocado la disminución, el aislamiento, e incluso la extinción local de muchas poblaciones de esta especie.


Actualmente P. chiapensis está catalogado a nivel internacional como una especie amenazada y sujeta a protección especial por la Norma Oficial Mexicana “NOM-059-SEMARNAT-2010”, por lo que es necesario hacer mayor conciencia de este importante recurso genético forestal en nuestro país.


Su aprovechamiento está condicionado, de acuerdo con la Ley General de la Vida Silvestre (en México), al registro y plan de manejo de una Unidad para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).  


¡AL RESCATE Y CONSERVACIÓN DE SEMILLAS!


Las semillas o el germoplasma a utilizar dentro de un programa de Rescate y Conservación de los Recursos Genéticos Forestales, deben provenir de individuos sanos (libres de plagas y enfermedades), que sean vigorosos y con buena producción de frutos, preferentemente de fuste recto sin ramificaciones a baja altura. Con esto se pretende asegurar que las plantas obtenidas (hijos descendientes) a partir de esas semillas hereden las características de los parentales (padre y medre). Dependiendo del propósito de la plantación, sea para producir madera o bien productos celulósicos, se realiza la selección de los árboles madre o árboles semilleros.


Esta especie presenta ciclos semilleros muy interesantes y difíciles de comprender, de cada 3 ó 5 años. La época óptima para la recolección de conos se presenta antes de que exuden mucha resina y se abran, aproximadamente durante la primera semana de septiembre, aunque su colecta  durante agosto también se recomienda para evitar la pérdida de las semillas. 


Lo más aconsejable es recolectar los conos verdes ya sazones y haciendo pruebas de corte para constatar la madurez fisiológica de las semillas. La obtención de los conos puede realizarse escalando el árbol y haciendo el corte de forma manual, o bien con garrochas  especiales de corte. Esta actividad debe realizarse de tal forma que las ramas y  meristemos de crecimiento no se dañen, de lo contrario la producción de frutos para la próxima temporada se verá tremendamente afectada. Los conos se depositan en sacos, cuidando de mantenerlos a la sombra y debidamente etiquetados, pues un lote de semillas carente de información es vano. Posteriormente se transportan al vivero lo más rápido posible.


En el vivero, estos conos, se ponen a secar con el fin de disminuir su contenido de agua y concluir con la maduración, lo que propiciará la apertura de los conos. Los métodos de secado pueden ser al aire libre, por una corriente de aire seco a través de ellos, o bien secados al horno. Una vez que las semillas se han liberado el siguiente paso es el desalado; éste se realiza manualmente, en húmedo, o por métodos mecánicos, en seco. 


La limpieza se realiza por métodos mecánicos, para remover las impurezas y semillas vanas. Posteriormente estos propágulos o semillas se colocan en tamices vibratorios, con diferentes tamaños de malla, y son expuestas a corrientes de aire. Otra opción es la flotación en agua. La selección se puede realizar por diferentes métodos, una vez que se ha concluido el proceso de limpieza las semillas llenas son seleccionadas por tamaños, utilizando la flotación por aire o cajas especiales con diferentes tamaños de apertura.


El número de semillas por kilogramo varía de 42,200 a 184,210, siendo en promedio 65,000 semillas/kg.


Probablemente las semillas de esta especie sean ortodoxas, dado que se desprenden de los parentales con un contenido de humedad de 16.18 %. Si este es el caso, pueden almacenarse con contenidos de humedad de 6 a 7 % y temperaturas ≤ 0 °C; tales condiciones permitirían mantener la viabilidad por varios años. Aunque generalmente las semillas ortodoxas presentan algún tipo de reposo, en el caso concreto de esta especie no se presenta latencia.


Sobre este particular aspecto, las condiciones recomendadas para mantener la viabilidad de las semillas consisten en el secado apropiado y almacenamiento a 3 °C. Con ello, el tiempo de viabilidad estimado bajo condiciones de almacenamiento un total de 5 a 10 años, a los 6 años inicia la pérdida de viabilidad, decrece en 10 %. Se considera un porcentaje de germinación obtenido de 50 a 70 %, en ocasiones sólo 84 %.

 

Si desea mayor información sobre esta especie, capacitación técnica en materia de recolección de semillas, comprar semillas, establecer viveros y plantaciones forestales, o tramitar una UMA para la conservación y aprovechamiento sustentable del llamado Pinabete, Calocote, Acalocote o Tnotzin, puede escribirme a joaquinbecerra16@gmai.com y con gusto le atenderé.

 

LECTURAS SUGERIDAS


CONAFOR-CONABIO-SIRE. Pinus chiapensis (Martínez) Andresen. Paquetes tecnológicos. 7 pp.

MARTÍNEZ, C. N., 1998.  Atributos poblacionales y reproductivos de Pinus chiapensis en Chiapas, México. Anales del Instituto de Biología Universidad Nacional Autónoma de México. Serie Botánica 69(2) 119-134.

NARAVE, F. H. V., y TAYLOR, K. 1997. Pinaceae. Flora de Veracruz. Fascículo 98. 50 pp.; PEREZ DE LA ROSA, J. A. Y BRIANT T. STYLES. 1997. Guía de campo de los pinos de México y América central.

PERRY P. J. Jr. 1991. The pines of Mexico and Central America. Timber Press. Portland, Oregon, USA.

 


[1] Autor: Joaquín Becerra Zavaleta. Consultor Agro Ambiental Iniciativa Privada, Periodista Ambiental-UPAV, actual Subgerente de Proyectos Agroforestales de SEBAMEX S.A. de C.V. 

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