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sábado, 31 de mayo de 2014

LA BARBADA Y CÓMICA PERDIZ VERACUZANA ¿EN EXTINCIÓN?



Resumen: Ave endémica de México enlistada en la NORMA Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 bajo la categoría “en peligro de Extinción (P)”. La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) la ubica al en la categoría de vulnerable (VU). Se trata de una de los odontofóridos más amenazados del Continente Americano, considerada desde 1941, a punto de desaparecer. ¿Una delicia prohibida...?

 Nombre e Imagen Cómico.

El “chivizcoyo”, “perdiz veracruzana”, “gallina de monte veracruzana” o “codorniz coluda veracruzana”, como vulgarmente se le conoce a esta ave de mediano tamaño y cola muy corta, tiene una imagen hasta cierto punto cómica debida a su pequeño cuerpo y a sus desproporcionadas patas largas. Su nombre científico es (Dendrortyx barbatus Gould), y se trata de un odontofórido (Véase nota al final) de 250 a 300 mm y unos 350 gramos de peso. Es similar en tamaño y aspecto a las otras dos especies del género Dendrortyx, y su distribución se traslapa muy ligeramente con la de la llamada “perdiz mexicana de los volcanes”, cuyo nombre científico es Dendrortyx macroura. No obstante, la “perdiz veracruzana” se distingue por tener la garganta de color gris, de donde le viene el nombre de barbatus, que significa "barbada",  y la cabeza parda. El pico es rojo, lo mismo que el anillo de plumas alrededor del ojo; el ojo es oscuro. El largo de sus uñas también es singular, ya que las tiene casi del mismo tamaño que los dedos. Y debido a su naturaleza tímida y escurridiza, el “chivizcoyo” o “codorniz dedilarga”, llamada así por sus dedos largos, es quizá la categoría de codorniz menos conocida por lo restringido del hábitat en el que actualmente se encuentra.

Cuando el chivizcoyo se topa con un ser extraño corre de inmediato y, si se siente perseguida, opta por un vuelo rápido y corto para esconderse entre la vegetación baja, como lo hacen la mayor parte de las codornices. Esta ave tiene una prerrogativa que carecen otras aves, pues su canto es admirablemente melodioso y complicado, tanto así que los especialistas lo han descrito mediante “una serie de cuatro silbidos fuertes y penetrantes, que poco a poco aumentan de intensidad y frecuencia para complementarse con una serie de escalas rápidas formadas de notas de intensidad diferente". En la Sierra Mazateca de Oaxaca, los campesinos  le atribuyen cualidades para barruntar (o predecir) la lluvia a través de sus vocalizaciones. Sin duda, parte de la cosmovisión mesoamericana de gran valor.

Las patas del chivizcoyo resultan ser muy fuertes para escarbar la tierra y constituyen su mejor herramienta para conseguir su comida. Entre sus alimentos preferidos se encuentran los bulbos de diversas plantas, larvas y pulpas de diversos insectos que originalmente se les puede hallar sólo escarbando la tierra. Sus insectos preferidos son los ciempiés, grillos y gorgojos; aunque las semillas tampoco faltan en su dieta. En cautiverio se les ha proporcionado frutas, verduras y algún tipo de alimento y concentrado para gallinas, obteniendo resultados positivos.

Entre las Dos Madres del Este Oriental Mexicano.

Es muy raro avistar a la “codorniz coluda veracruzana”, ya que habita sitios poco accesibles y prefiere los bosques de niebla, un complejo ecosistema también llamado Bosque Mesófilo de Montaña. Muchas poblaciones se restringen al bosque de pino-encino y a la vegetación riparia o de galería, a lo largo de arroyos y ríos. Habita en elevaciones que van de los 900 a 3100 m.s.n.m., preferentemente en bosques perturbados y hábitats asociados con la agricultura, incluyendo el café de sombra.

La distribución de esta ave se circunscribe a la Sierra Madre Oriental y Sierra Madre de Oaxaca, sobre el Este oriental mexicano. Se considera  que las poblaciones más grandes se encuentran en Veracruz, desde las estribaciones del Volcán Cofre de Perote, pasando por Xalapa de Enríquez, Oeste de Coatepec, Cuenca del Metlac y Orizaba (faldas del Volcán Pico de Orizaba), para rematar en la Sierra de Zongolica; lo mismo que en la Sierra Gorda y áreas adyacentes del estado Querétaro. Poblaciones más pequeñas han sido reportadas para los estados de Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla.

Y de acuerdo con Aguilar-Rodríguez (2000), esta “perdiz veracruzana”, es asimismo una de las especies de aves más conocidas a nivel local en la Sierra Mazateca de Oaxaca. Los campesinos de origen indígena reconocen a esta ave bajo el nombre de “Cayoshcho” (náhuatl), “Tuhú” (mazateco) y “Erquí” (mixteco), identificándola fácilmente por su canto y por los daños que ésta les ocasiona en las plantaciones de frijol, como una de las plagas más frecuentes. Por su parte, en la Sierra de Zongolica, Veracruz, con una población mayormente indígena, es conocida con el nombre náhuatl de “Cayoscho”, nombre semejante al de la Sierra Mazateca de Oaxaca.

Según observaciones de campo realizadas por T. Olmos y J. Becerra (2007-2009), para un proyecto sobre Conservación de la Biodiversidad, en Coscomatepec, Veracruz, se han visto y escuchado pequeñas parvadas de “chiviscoyos”, lo que da mayor testimonio sobre su existencia regional. Dichas poblaciones están restringidas fundamentalmente hacia las barrancas y cañadas, como consecuencia de la destrucción y fragmentación masiva del Bosque Mesófilo de Montaña a nivel local.

Por su parte, la distribución adyacente de la “gallina de monte veracruzana” entre los estados de Puebla y Oaxaca, parece estar dada por la existencia de una continuidad en los ecosistemas vegetales que quedan separados por una breve franja de tierra del Estado de Puebla. No obstante el área de la posible distribución de esta ave, en el Norte de Oaxaca, que ha sido reportado por Aguilar-Rodríguez (2000), incorpora a los poblados de San Francisco Huehuetlán, Teotitlán del Camino, Huautla de Jiménez, La Esperanza  e Ixtlán. Esta zona está cubierta por importantes extensiones del Bosque Mesófilo de Montaña y de Pino-Encino, en diferentes grados de perturbación.

Codorniz en Salsa de Pétalos de Rosas: ¿Una Delicia Prohibida?

Según Aguilar-Rodríguez (2000) y demás autores consultados, esta “perdiz veracruzana” está catalogada como una de los odontofóridos más amenazados del Continente Americano y considerada a punto de desaparecer desde 1941 (Referencia: Loetscher 1941), a pesar de ser considerada como un ave endémica de México. Los estudios poblacionales y los criterios de evaluación, implementados a la fecha, la ubican en la categoría “en peligro de Extinción (P)”, por lo que está enlistada en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. Por su parte, la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la ubica al en la categoría de vulnerable (VU).  Afortunadamente, desde la década de los 90, se comenzaron a realizar observaciones y registros en la parte central del estado de Veracruz, específicamente en los municipios de Coatepec y Xico, disponiéndose a la fecha de una mayor información sobre distribución local y grados de conservación.

Aunque el mejor hábitat para la “codorniz coluda veracruzana” son los bosques húmedos y frescos, ésta es capaz de adaptarse a la selva subtropical, lo que la convierte en una de las especies más interesantes dentro del grupo de las codornices con mayor  resiliencia. Debido a que, por fortuna, todavía no es tan preferida por los cazadores furtivos, casi siempre sale ilesa de su escondite. Pero los campesinos de la Sierra Mazateca de Oaxaca sí la incluyen ocasionalmente en su dieta cuando logran capturarla o cazarla por diversos medios. Recuerde que constituye una plaga frecuente de sus cultivos frijol y maíz. El guiso o aderezo que se prefiera me hace recordar aquella novela y película de Laura Esquivel (1989), “Como agua para chocolate”, donde se presenta a la codorniz en salsa de pétalos de rosas como el "plato del amor" y donde se asegura que para elaborar el mole (guiso color café obscuro) se usan siete tipo de chiles o ajíes, entre ellos el llamado "ancho", "pasilla", "mulato", "morita", "chipotle seco". En los bosques de coníferas del Cofre de Perote, se aprovechan los huevos o blanquillos del como alimento, los cuales son guisados de forma semejante a los de gallina. ¡Un alimento de excelencia en vías de extinción! Su manejo y aprovechamiento sustentable y sostenible queda sujeto a la autorización y registro de una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), con base en un Plan de Manejo. Si requiere asesoría tenga la bondad de indicarlo en este mismo Blog o al correo abajo indicado.

Según observaciones reportadas a partir de ejemplares en cautiverio, la “gallina de monte veracruzana” se aparea al principio de la primavera y anida en el suelo, poniendo de cuatro a seis, y hasta ocho huevos entre febrero-abril. Por consiguiente, el tamaño de una nidada reproductiva varía de cuatro a ocho, pero normalmente los números seis son constantes, y el período de incubación es normalmente de 28 a 32 días.

Componentes y Tensores para la “Perdiz Veracruzana”

En casi todas las regiones donde se ha observado esta “perdiz veracruzana”, la vegetación prevaleciente es Bosque Mesófilo de Montaña, y se compone propiamente de una mezcla de especies primarias y secundarias, así como ciertas especies manejadas y plantadas por los campesinos locales que también son importantes para la alimentación de esta ave. Según Aguilar-Rodríguez (2000), algunas de los componentes vegetales son los Ilites o Ailes (Alnus sp., Betulaceae), encinos o robles (Quercus sp., Fagaceae), Cordoncillo (Citharexyllum mocinii, Verbenaceae), Sangregado (Croton sp., Euphorbiaceae), Chicuábil (Rapanea myricoides, Myrsinaceae) Dalia cimarrona (Dahlia coccinea, Compositae), helechos o pezmas (Pteridium sp., Dennstaedtiaceae), helechos arborescentes (Sphaeropteris horrida, y otras especies no identificadas, Dennstaedtiaceae) y diversos tipos de tezguates (Miconia spp., Melastomataceae).

En las porciones remanentes de bosque primario y secundario donde se ha encontrado esta  ave, predominan asociaciones de cultivos de maíz (Zea maiz, Gramineae) y frijol (Phaseolus vulgaris, Leguminosaceae), así como cafetales con sombra de varias especies del género Inga sp. (Mimosaceae), o jinicuiles y chalahuites.

Entre los tensores más comunes que han contribuido a la reducción de la superficie del Bosque Mesófilo de Montaña en la entidad veracruzana están:

v Agricultura: se remueve el bosque para establecer diversos cultivos, fundamentalmente de café, maíz, frijol y aguacate. En los últimos años se incorpora chayote, papa y macadamia.
vUrbanización: ciudades importantes como Coatepec, Córdoba, Coscomatepec, Fortín, Huatusco y Xalapa acrecientan este entorno. ¡Se prefiere habitar en la corona del Bosque de Niebla!
v Ganadería: preferentemente lechera; en menor proporción ovina y caprina.
v  Incendios: raros, pero ocurren en este ecosistema.
vTala incontrolada: es un hecho bastante frecuente, nada “clandestino” como lo expresan algunos; ocurre frente a nuestras narices.
v  Deslaves: cada vez con mayor frecuencia; reblandecimiento del terreno.
v  Desbordamiento de ríos: ya es parte de nuestra vida cotidiana; aún en alta montaña.
v  Inundaciones: cada vez más dramáticas.
v  Azolvamientos: cada vez más costosa su solución.
v Desplome de los precios internacionales del café: Sin palabras que agregar.
v Desatención desde hace muchos años a la cafeticultura veracruzana. El Instituto Mexicano del Café (INMECAFE), extinta institución del gobierno federal; le ocurrió lo que le está sucediendo al “chiviscoyo”.
v  Disminución de la superficie o cubierta vegetal del ecosistema.
v  Reducción dramática de biomasa.
v Reducción drástica de poblaciones biológicas, ejemplos: Cyatheaceae, Dicksoniaceae, Magnolia dealbata, Podocarpus, Quercus skinnerii, Symplocos coccinea, S. limoncillo, Ulmus mexicana.
v  Aumento de la tendencia a la extinción de especies.
v  Gran ignorancia académica y social: casi no hay estudios sobre sucesión ecológica y acahuales en el Bosque Mesófilo de Montaña; aún así se alardea con restaurar este ecosistema.
v  Incomprensión y desinterés por parte de la sociedad y de los gobiernos: parecen problemas ajenos, sin el interés suficiente. Tal parece que esperamos el retorno de Kaliman, el héroe nacional de antaño; el hombre increíble que nos salvará.
v  Extracción selectiva de especies: orquídeas, bromelias, palmas, helechos, equisetos, anturios, cycadas.

Especulaciones de un Autor no Especializado en Aves.

A juzgar por la evidencia de todos los registros que nos proporciona la literatura publicada hasta la fecha, la presencia del “chivizcoyo” en México es más numerosa de lo se pensaba anteriormente, aún desde 1941. La especulación del autor, no especializado en aves y que pudiera estar delirando, es que quizás no se trate de una especie en peligro de extinción, sino más bien que, ha hecho falta realizar un trabajo concienzudo de campo y una redescripción más detallada sobre la morfología, anatomía y ciclo de vida de esta especie. En consecuencia, la descripción original tiene que ampliarse y debe ser difundida con la finalidad de desarrollar una mayor sensibilidad ambiental entre los habitantes y auténticos dueños del bosque. Sin escatimar que la población urbana y periurbana requiere con mayor urgencia de reaprender y desaprender ciertos vicios y enseñanzas de carácter meramente ambiental.

Las comunidades vegetales donde habita el “chivizcoyo”, francamente están muy fragmentadas a la fecha y lamentablemente seguirán disminuyendo si, en definitiva, no hacemos algo al respecto.

El Bosque Mesófilo de Montaña, el hábitat más preferido por la “codorniz coluda veracruzana”, alberga el mayor número de especies amenazadas, raras, en peligro de extinción o sujetas a protección especial, según NOM-059-SEMARNAT-2010, más aún que las selvas altas perennifolias.  Se ha provocado la reducción total o parcial de las especies de fauna endémica y migratoria, a tal grado que resulta casi imposible encontrar animales que sólo las generaciones de antaño, es decir, los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, conocieron a detalle.

Otro buen ejemplo aparte del “chivizcoyo”, de quien ya hemos dilucidado duro y tendido, es el “ocelote”, al cual debe su nombre el glorioso pueblo de Teocelo (Teo-ocelot, o  “Dios ocelote” o “el Dios tigre”), aunque podría ser más aproximado expresarlo como “En el lugar del Tigre de Piedra”. La referencia de lo antes citado se encuentra en ciertas notas históricas de los tiempos prehispánicos que indican que los lugareños tenían un tigre de piedra como imagen de su dios. Desafortunadamente, también ya son escasos los individuos que pueden observarse de este felino en los relictos del Bosque Mesófilo de Montaña en la región central del estado de Veracruz, por lo que sería necesario elaborar alguna nota informativa sobre esta singular especie. Si usted tiene información y quiere contribuir para el siguiente tema,  puede escribir a joaquinbecerra16@gmail.com. Con mis atentos saludos.
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Nota: Los odontofóridos (Odontophoridae) son una familia de aves galliformes conocidas vulgarmente como codornices del Nuevo Mundo, colines y corcovados. Son aves pequeñas no relacionadas a las codornices del Viejo Mundo, pero se las denominó con el mismo nombre por su apariencia y hábitos similares. Las especies americanas están en una subfamilia propia (Odontophorinae), mientras que las del Viejo Mundo están en la subfamilia Ptilopachinae y la familia Phasianidae.

LECTURAS SUGERIDAS: 

AGUILAR-RODRÍGUEZ, S. H. 2000. Registro de la perdiz veracruzana o Chivizcoyo (Dendrortyx barbatus Gould) en la sierra norte de Oaxaca, México. HUITZIL Vol. 1, No. 1
ALTUZAR C. A., 2006. El Chivizcoyo. Por una cultura ambiental: CONECULTA-Chiapas. www.conecultachiapas.gob.mx