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martes, 2 de julio de 2013

"Las UMA y los Aspectos que No todo Ojo quiere Observar”

 
Panorama parcial del predio donde se localiza la UMA  “Rodales de la Bruma de San José Buena Vista”, municipio de Altotonga, Veracruz.

Resumen

Se trata de una reflexión a partir de la UMA "Rodales de la Bruma de San José Buena Vista”, presentada en el 4° Encuentro Regional de Unidades de Manejo para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre en la Región Sur-Sureste, del 29 al 31 de agosto de 2012, CITRO-UV, por el Consultor AgroAmbiental Joaquín Becerra Zavaleta. Este artículo ya fue publicado en la Revista Agroentorno, órgano de difusión de la Fundación Produce Veracruz. Se presenta aquí con la finalidad de alcanzar al mayor número de usuarios, estudiantes y técnicos ocupados en estos menesteres. La idea es que la información sea compartida y criticada para su mejoría.

Introducción 

Probablemente los antecedentes más remotos que existen en México, sobre las Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA), desprendan de los jardines y zoológicos imperiales de los emperadores aztecas como Nezahualcóyotl  y Moctezuma. Según registros, el rey Nezahualcóyotl fue el creador del primer jardín botánico y el primer zoológico de América, en Tezcutzingo, un pequeño cerro al Oriente del reino de Texcoco. En estas colecciones,  además de plantas y animales típicos de Mesoamérica, se incluían humanos desfigurados.
 
Hacia el año de 1997 la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), puso en operación el Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000, con el propósito de integrar las estrategias ambientales, económicas, sociales y legales enfocadas al aprovechamiento de la vida silvestre que permitieran crear incentivos económicos y dar un correcto manejo. Como parte de esa iniciativa se consideró la creación de un Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (SUMA), concibiendo a las Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA), como espacios para promover esquemas de producción compatibles con el cuidado del ambiente, mediante el uso racional, ordenado y planificado de los recursos naturales renovables en ellas contenidos. Con la aplicación de este esquema de acción se ha pretendido preservar la biodiversidad. Las primeras UMA se establecieron en nuestro país hace más de diez años. Sin embargo, se han realizado muy pocas evaluaciones para conocer el impacto que han tenido en la conservación de la vida silvestre. Los aspectos administrativos y legales tampoco se han reanalizado, ni actualizado, a  fin de adecuarlos a la realidad social del presente, para que sean más funcionales y eficientes.

Análisis crítico basado en ejemplo de caso

Hay varios aspectos y conceptos que se desconocen, confunden y hasta se desea omitir respecto a las UMA. Con inusitada frecuencia los técnicos acreditados y hasta profesionistas en la materia, divergen y confunden. Algunos de estos aspectos constituyen verdaderas lagunas y deficiencias que, periodistas ambientales y científicos divulgadores, deben investigar y comunicar en términos muy coloquiales o con un lenguaje campirano. A continuación reflexionaremos sobre algunos aspectos vinculados al Plan de Manejo de la UMA “Rodales de la Bruma de San José Buena Vista”, cuya Clave de Registro: SEMARNAT-UMA-EX0157-VER/11:

El término UMA  no significa Unidad de Manejo Ambiental, de acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre y su Reglamento. Es probable que exista una confusión basada en las siglas UGA y correspondientes a la unidad mínima territorial  o Unidad de Gestión Ambiental. Las UGA son empleadas en los programas de ordenamiento ecológico.

UMA también significa Madre y Nación. En el idioma aymara es agua. También corresponde a la diosa hindú (la de muchos brazos), la madre creadora, la que transforma lo ideado por su dios en materia. Algunos usos menos comunes que podemos encontrar son: “mi hija se llama Uma Agostin; o mi hija que viene en camino va a llamarse Uma Francesca”. Pero UMA también puede referirse a la Unión Matemática Argentina, o bien emplearse como abreviatura de Unidad de Masa Atómica. ¡Así que no nos confundamos!

El término UMA se utiliza para singular y también para plural, por ejemplo una UMA o las UMA. Pero es totalmente incorrecto referirse a UMAs o UMA´s, ya que el uso del apóstrofe -´s - procede del inglés y no corresponde con nuestra gramática en castellano; además la Secretaría no emplea tal cosa en ninguno de sus documentos. 

El nombre de la UMA se propone durante la elaboración y redacción del plan de manejo y deberá ser cuidadosamente pensado y analizado en toda su expresión y a satisfacción. El nombre escogido será de tanta relevancia como el que identifica a una empresa de prestigio a nivel nacional e internacional. Nunca se deberá minimizar que la UMA y su designación nominal, constituirán un verdadero proyecto de vida familiar o regional.
 
Los objetivos a corto, mediano y largo plazo, así como las metas deberán ser claros y humanamente alcanzables según la capacidad técnica y capital social involucrado. Hay quienes se anteponen demasiadas metas y nunca logran cumplirlas. También están aquellas personas que confunden los objetivos con las metas. En tales circunstancias, lo recomendable será arrancar con la UMA bajo la mínima cantidad de compromisos e ir haciendo las modificaciones correspondientes durante la marcha. En otras palabras debe quedar claro que se puede presentar modificaciones de la UMA; una o las que sean necesarias.  Y… si de comercializar se trata, entonces hay que hacer un previo y concienzudo estudio de mercado, que permita reconocer la rentabilidad del proyecto. ¡Nunca suponga, ni se imagine las cosas! ¡Tenga números reales en papel! Como dicen los que saben: “Con los pelos en la mano

Con referencia a la descripción física y biológica, tal como ocurre en la sección hidrológica, no hay razón para omitir el registro de ríos, lagunas, manantiales, nacimientos, bebederos, etcétera. Al contrario, esto representa la oportunidad para una mayor consecución de subsidios o fondos económicos relacionados con la protección y conservación de los cuerpos de agua, además que constituye el baluarte para la especie o especies bandera sujetas al aprovechamiento. Hay personas que tienen desconfianza, temor y hasta miedo cuando se trata de cubrir este requisito.

Con el Registro y el Plan de Manejo aprobado por la Secretaría, no puede aprovecharse cualquier cosa de la UMA, sino solamente la especie o especies propuestas para su manejo y aprovechamiento. Hay quienes se atreven a negociar plantas, madera, tierra de monte, hongos, etcétera, con el mismo respaldo del Plan de Manejo aprobado, como por ejemplo semillas de Junglans pyriformis o Cedro Nogal. Además la tasa permitida nunca deberá excederse de lo autorizado, independientemente de que se tenga un pedido especial o poco usual.

No se es necesario contar con muchas hectáreas para tener una UMA. Hay personas que poseen UMA en espacios muy pequeños y destinados a la reproducción, conservación y aprovechamiento comercial, por ejemplo, de arañas, serpientes, escarabajos, mariposas, aves, orquídeas, etcétera. Hasta en ambientes urbanos, como su propia casa, se puede establecer una UMA. Para ello habrá que satisfacer las condiciones necesarias.

Tampoco es  indispensable que el responsable legal de la UMA sea sólo el dueño o propietario del terreno. En caso necesario se podrá ceder esta representatividad a algún familiar u otra persona, a través de Notario Público. En el caso de Ejidos, el presidente del comisariado ejidal en turno pudiera fungir como representante de la UMA, o bien la Asamblea pudiera designar a cualquier otra persona; sin olvidar asentar dicho nombramiento en el Acta de Asamblea, para futuras gestiones.

El responsable técnico o la persona que elabora el Plan de Manejo, no necesariamente debe ser un biólogo o un profesionista titulado y especializado. Para la Secretaría será básico demostrar la experiencia al respecto, pudiendo consistir en diplomas, constancias y hasta cartas de recomendación procedentes de fuentes fidedignas. El mismísimo dueño o representante legal, pudiera ser o llegar a convertirse en el responsable técnico de su propia UMA. Hay que motivarlo para que asista a cursos, talleres, diplomados y seminarios. Sobre este particular, debe quedar bien claro que todos los informes anuales presentados a la Secretaría, contarán invariablemente con la firma y visto bueno de ambas partes. Ocasionalmente el propietario considera de buena fe elaborar y hacer entrega de dichos informes, pero esto no se considera prudente, ni muy ético para el ejercicio profesional del responsable técnico, quien solo se complace en firmar.

También se puede hacer ciencia y publicar resultados de las diversas investigaciones generadas al interior de una UMA. No es necesario ser un prestigioso científico para llevar a cabo tales actividades. Recuerde que el método científico es universal y está disponible a todos los usuarios; sólo aplíquelo correctamente. El error que se comete es dejar que nuestras valiosas joyas las venga a pulir el profesional o científico. Pensamos que solamente él puede y lo sabe todo, pero hay que reflexionar en que usted y los integrantes de su UMA también tienen capacidades; es cosa de ejercitarse, pero sobre todo hacer a un lado esos miedos. Además, en el sector rural prevalece una sabiduría ancestral valiosísima, misma que hay que rescatar y poner a disposición de todos. ¿Estaría dispuesto a escribir y publicar? ¡Hágalo, quítese el temor a equivocarse! Recuerde que muchos de los buenos escritores tuvieron varios fallidos durante su carrera.

Finalmente es menester invitar a quienes poseen especies de vida silvestre en sus casas, ya sea como mascotas (animales) o decorativas (plantas), para que traten de regularizarse por medio de registrarse como una UMA. Esto les permitirá disfrutar de una conciencia tranquila y podrán exhibir a los cuatro vientos estas singularidades de vida. No hay que tener temor, porque nadie podrá recogerle los especímenes una vez que sean registrados. Después de todo, éstos ya han sido parcialmente domesticados y hasta acostumbrados a un ambiente hogareño. Dejarlos en libertad significaría mandarlos a una muerte casi segura, pues no serían capaces de acopiarse sus propios alimentos. Lo que sí se habrá logrado será la seguridad de un ambiente digno, así como los cuidados especiales para cada especie en particular. 

Algunos albergan en sus jardines o huertas, especies vegetales que están extintas o casi extintas del planeta, tales como orquídeas, helechos, cactáceas, lirios, bromelias, etc., pero no se han dado cuenta de que esta riqueza pudiera significar poner en marcha un proyecto de gran relevancia y muy rentable.

Conclusiones

El concepto de UMA ha venido modernizando los métodos de manejo y aprovechamiento de la vida silvestre en México. Ya se percibe una mayor conciencia y preocupación de la sociedad mexicana, en correspondencia con las diversas autoridades ambientales, por la conservación y protección del capital natural del país. Hay de hecho muchos casos que muestran una viabilidad técnica y económica fortalecida hacia el Norte del país (Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Sonora y Chihuahua), en donde se concentra el mayor número de UMA registradas hasta la fecha, esencialmente con fines cinegéticos. Veracruz también cuenta con un gran potencial y avances en esta materia.

Pero tal como ocurre con cualquier empresa productiva, el funcionamiento de las UMA no siempre es una historia de éxitos económicos. También existen grandes errores, déficits y hasta desánimos para su continuidad. Muchas personas abortan pronto y formalmente la operación de las UMA, mientras que otras sencillamente se hacen negligentes e indiferentes; ya no les interesa saber nada en absoluto. Es probable que una de las razones principales se deba a que los objetivos y las metas no fueron analizados cuidadosamente; con frecuencia ni la denominación de la UMA.  Añádase a esto que la obtención, síntesis y comprensión de la información científica que existe resulta ser una tarea bastante difícil. Otra razón tiene que ver con la falta de información para muchas de las especies, así como de los estudios de mercado. Pero quizás lo de mayor peso, tiene que ver más con la actitud de la gente adyacente a la UMA, quienes tienden a robar y matar los especímenes bajo resguardo. Es muy difícil cambiar el tipo de manejo que se venía haciendo y es posible que los manejadores ofrezcan resistencia para adoptar las nuevas técnicas de manejo para el área. Esto desalienta mucho a los propietarios, que deciden abandonar tal iniciativa.



Con todo ello no debemos olvidar, ni mucho menos escatimar esfuerzos, de que el futuro del patrimonio natural de México depende de que nuestros ojos sí quieran observar y respetar todos los aspectos vinculados a las UMA y a la normatividad ambiental vigente. Así que ¡Mucho ánimo!
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NOTA: Puede descargar la misma información en la Revista Agroentorno en pdf:
http://www.funprover.org/agroentorno/agro_sept012/lasumayaspectquetodoojonoquierever.pdf



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