El hombre, con sus múltiples actividades agrícolas e industriales, es el más importante de los factores bióticos que afectan al medio ambiente. En las praderas, por ejemplo, el pastoreo y el pisoteo continuo provocan cambios radicales e irreversibles a la flora y fauna, mientras que en los campos de cultivo se propician las condiciones idóneas para las explosiones de plagas y enfermedades tanto animales como vegetales. Por su parte, los métodos de cultivo que se prefiere tienden a perturbar el equilibrio ecológico y en ocasiones hasta alterar la morfología y fisiología de los vegetales. Estas modificaciones se hacen evidentes, con demasiada frecuencia, en la forma y tamaño de los frutos, así como en su sabor.
Debemos asumir que el impacto ambiental negativo de la agricultura intensiva sobre el entorno natural ha ocasionado que vastas áreas anteriormente fértiles hayan dejado de serlo por completo. Muchos sitos han sido espantosamente transformados a meros yermos desolados. Esto supone la adopción y persistencia de prácticas agrícolas inadecuadas u obsoletas, que no solamente han provocado la disminución de los rendimientos en los cultivos, sino el aumento en los costos de producción y la pérdida de opciones de uso del suelo; también el empobrecimiento de las zonas o comunidades rurales, e incluso la migración o desolación de dichas poblaciones.
Si en adición a todo ello agregamos la creciente influencia de las compañías productoras de semillas híbridas y transgénicas, así como las diversas industrias de agroquímicos y procesadoras de comida, entonces yacemos en un dilema que preocupa cada vez tanto a los agricultores como al público en general. ¿De qué nos estamos alimentando realmente? ¿Habrá la suficiente comida para un “día después del mañana”?
El método empleado para desarrollar nuevas variedades de plantas para el cultivo y consumo humano se llama fitotecnia o fitomejoramiento, método que al principio se basaba en la selección ocular y de buen gusto, es decir, en una separación entre plantas buenas y malas. Así el hombre aprendió no sólo a comer los "mejores frutos" sino también a sembrar las mejores semillas de algunos de ellos. Pero cuando el hombre interviene en el desarrollo de las plantas cultivadas, semicultivadas y de valor económico, provoca la destrucción de las barreras genéticas y ecológicas prístinas, de tal manera que, en un período relativamente corto da origen a una población muy variable, difícil de subdividir con nitidez debido a la forma imperceptible de variación que se presenta de un extremo al otro. Si en adición al método de reproducción plantas que utiliza, se permite el fácil intercambio de plasma germinal, entonces la tarea taxonómica (la identidad de la especie) es verdaderamente difícil.
Sobre este particular apartado, me referiré a "El tomaco del episodio de Los Simpson de 1999", cuando Homero crea accidentalmente una mezcla de tomate y tabaco, planta que aunque de sabor desagradable era muy adictiva, razón por la cual la tabacalera Laramie deseaba comprarle la patente para poder venderle el producto a los niños. Años después, Rob Baur, de Lake Oswego (Oregon, EEUU), hizo el injerto y obtuvo tomates con cantidades considerables de nicotina. Actualmente se cultiva en España (p. ejemplo: el artista español Federico Guzmán) y varios países latinoamericanos para consumo privado o como expresión artística.
Actualmente se reconoce que el hombre mesoamericano ha venido dirigiendo o alterando el proceso evolutivo de una multitud de plantas por lapsos mayores de 10,000 años. Un análisis etnobotánico reveló que la selección de plantas por el hombre, ha estado centrada en favorecer variantes en los distintos sistemas de cultivo que le beneficien, preferiblemente para su manejo agrícola, uso y consumo. Por consiguiente, el cultivo y la selección del plasma germinal por parte del campesino, aceleraron desde hace muchos años el proceso de domesticación de las plantas, al favorecer la sobrevivencia y continuidad de variantes vegetales menos adaptadas al medio ecológico. Dicha domesticación continúa teniendo lugar en varios puntos del planeta y de formas muy sutiles e imperceptibles. Seguramente que usted, en su huerto o jardín, ha estado interviniendo en este proceso, manipulando especies de interés alimentario o de atractivo escénico. Hasta es probable que no lo haya notado todavía. Pero créame que sí está sucediendo.
De las casi 200,000 especies de plantas que, se calcula existen en el mundo, sólo una pequeña parte puede ser domesticada. El hombre ha empleado unas 3000 como alimentos, fibras, especias y otros, para finalmente domesticar unas 200 como cultivos. De ellas sólo de 15 a 20 constituyen los cultivos alimentarios de gran importancia, es decir, alimentos de primer orden.
Tiene particular interés la notable heterogeneidad genética que puede observarse en México en varias plantas, sobre todo en aquellas de antigüedad prehispánica como el maíz, el frijol, el chile, el aguacate, la calabaza, el chayote, entre otras más. Con respecto a la diversidad agrícola que puede observarse, es evidente que estos cultivos han tenido su origen a lo largo de muchos períodos de selección y aislamiento entre las diferentes barreras geográficas del país y entre las distintas etnias o culturas. Por tal motivo, la gama de variación genética, la temporalidad de su aparición en los mercados y el estudio de los orígenes étnicos, geográficos y ecológicos, permiten apreciar más de lleno la influencia selectiva del hombre hacia los diversos cultivos. ¡El más convenenciero fitomejorador!
La influencia ambiental también hace de las suyas.
Con relación al ambiente físico, donde no interviene el hombre, puede decirse que cuando una determinada variedad, tipo o forma cultivada, cuya reproducción es por semilla, se introduce en una nueva región, se espera que las características de ésta se mantengan constantes bajo una diversidad de condiciones ambientales. Aunque lo anterior es verdad hasta cierto punto, frecuentemente se pueden observar expresiones diferentes de un caracter dado, debidas a la acción de diferentes niveles de fertilidad del suelo a los cuales la variedad puede quedar expuesta. Pero además del aspecto de nutrición, existen otros factores ambientales que pueden alterar la expresión de las características normales de una variedad. Esta influencia externa frecuentemente es muy compleja y difícil de regular. Las que más han sido estudiadas son la temperatura, la intensidad de la luz, la duración del fotoperíodo y la humedad del suelo y del aire. Muchas de estas están determinadas por la altitud y latitud, y es seguro que estas condiciones influyen en sumo grado en la intensidad del color de los frutos y otros aspectos de las plantas.
De igual manera, la luz y la temperatura se consideran factores limitantes para la producción de pigmentos en los cultivos agrícolas. No obstante, en muchos experimentos efectuados con tomate, los efectos de la luz y la temperatura se han confundido y es difícil individualizarlos, de tal manera que se dificulta llegar a conclusiones definitivas respecto al papel que desempeña cada factor. Por ejemplo, la forma y tamaño del fruto del chayote están consideradados como un caracter hereditario. No obstante, muchos caracteres como estos pueden ser modificados notablemente por la influencia de las condiciones ambientales. Por eso, si el productor no está informado al respecto, puede atribuir los frutos deformes a impurezas de la variedad sembrada cuando en realidad esta condición puede ser debida a factores ambientales. De manera muy general, se considera que las variedades de color más intenso u oscuro están adaptadas a las partes altas; pero esta regla no se cumple en todos los casos, pues siempre hay sus excepciones.
Así los registros ecológicos y agronómicos muestran que varios cultivos presentan una amplia adaptación a las condiciones ambientales y que además, se desarrollan en sitios no cultivados, a manera de especies silvestres o arvenses, presentando así una alta capacidad de competencia con la vegetación exuberante o natural. Este comportamiento permite utilizarles como especies puente entre las cultivadas y las silvestres. No estaría por demás mencionar que existen numerosos ejemplos, tales como el chile, jitomate, chayote, aguacate, maíz, frijol, etcétera, en donde se confirma la influencia genético-ambiental y la modificación de la expresión de los caracteres resultantes.
Finalmente, es menester señalar que todas las formas de vida que hoy existen en nuestro planeta son el resultado de tres factores fundamentales:
- De la mutación, como principal fuente de las variaciones hereditarias,
- De los factores ambientales, que influyen en la selección de las mutaciones que sobreviven y se reproducen, y
- Del tiempo, durante el cual el genotipo y el medio ambiente están en constante interacción y se produce el cambio evolutivo
De esto iré escribiendo en forma paulatina. Le recuerdo que para mayores informes o retroalimentación de esta nota, puede escribirme a joaquinbecerra16@gmail.com
NOTA
COMPLEMENTARIA:
El biólogo alemán August Weismann
(1834-1914) demostró que había una suerte de permanencia de las
características genéticas que van pasando inalteradas de padres a hijos. Sobre
esta base, sugirió la distinción entre el "plasma germinal", que se
transmite de generación en generación, y el "plasma somático", que
constituye el cuerpo de los organismos. Ambos factores serían independientes,
de modo que cualquier modificación que sufriera el plasma somático no sería
transmitida a los descendientes. Las características somáticas adquiridas por
un individuo no serían heredables dado que, como las células que forman parte
del cuerpo de los organismos son diferentes de las células sexuales (los óvulos
y los espermatozoides), los cambios en el cuerpo no pueden transferirse a las
células germinales y, por lo tanto, no pasarían a la siguiente generación.
- De la mutación, como principal fuente de las variaciones hereditarias,
- De los factores ambientales, que influyen en la selección de las mutaciones que sobreviven y se reproducen, y
- Del tiempo, durante el cual el genotipo y el medio ambiente están en constante interacción y se produce el cambio evolutivo
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