Hoy en día ya no podemos decir mucho: “Cuando el río suena es
porque agua lleva”, ya que los ríos de nuestro alrededor casi han desaparecido y en sólo en pocas ocasiones existen pequeños riachuelos y vestigios de lo que por allí pasó a manera de río o escurrimiento
Pero ¿qué ha pasado exactamente con nuestros ríos? Escuche con atención la siguiente historia de nuestros abuelos, seguramente le sonará muy familiar: "Cuando yo era
niño, dice el abuelo, había enormes bosques, árboles en los alrededores y
manantiales de agua fresca que fluían de las laderas hacia los ríos. Con frecuencia
allí íbamos a nadar y a pescar. Siempre decíamos que el agua de manantial era
la más dulce para beber y que debido a su vasta cantidad nunca se iba a acabar.
Pero luego, los árboles empezaron a desaparecer a un ritmo acelerado. La gente
los cortó y no los resembraron más. El agua fresca de esos manantiales también
desapareció y ahora hay gran escasez”.
Permítame decirle que, hoy por hoy, el
agua potable se ha convertido en un bien escaso y muy caro, inclusive más caro
que la leche de vaca o el jugo de naranja. El acceso a ella está muy restringido debido a las políticas de
control y manejo de este recurso natural por parte de las autoridades en turno. Existe un ejemplo concreto desde hace muchísimos años, consistente en que todos los jueves al medio día se
reune en la ciudad de Valencia, España, un tribunal singular. Su cometido es
resolver las disputas que surgen sobre el agua. Algunos ejidos y comunidades de
nuestro país (México) se han enfrentado a muerte debido a la provisión del vital
líquido. Ahora bien, si usted añadiera un árbol más a su jardín ¿Serviría esto de
algo? Mejor dicho... ¿Se atrevería usted a plantar más árboles con el propósito
de mitigar el calentamiento global, la escasez de agua y la contaminación atmosférica?
Antes de contestar a estas preguntas examinemos de cerca a
un árbol. ¿Qué le observa usted? ¿Ve un tronco y encima de él ramas y hojas? Y si
usted excavara el suelo ¿podría ver cómo la parte del árbol que está enterrada
en la tierra – el intricado sistema de raíces – se parece bastante a un árbol
visto de cabeza? Efectivamente las raíces de un árbol se expanden profunda y
ampliamente por debajo del suelo. A menudo el perímetro que abarcan éstas resulta
ser proporcional a la circunferencia de
la copa del árbol; en ocasiones mayor. Y si usted pone mayor atención en las
raíces grandes, verá que ellas tienen muchas raíces pequeñas y pelos adheridos
sobre estas. En casos muy especiales aparecen los cotrafuertes.
Pues durante las lluvias gran parte del agua finaliza en
un manantial que borbollea de la ladera de una montaña, o bien va a depositarse
a los ríos, lagunas o pozas. Y el agua que se infiltra a mucha profundidad
dentro del suelo es almacenada o retenida en los mantos freáticos,
constituyendo así importantes reservas o bancos de agua; denominados por algunos como "acuíferos". A menudo sólo es
posible llegar a ella excavando un pozo. Y es que los árboles roturan con sus
raíces las diversas capas del suelo, dando lugar a la formación de una
estructura porosa que facilita la absorción e infiltración del vital liquido.
Por otra parte las ramas y las hojas de los árboles detienen las gotas de
lluvia para que no caigan al suelo de topetazo, sino de forma suave y gradual.
Ahora bien ¿Qué está ocurriendo exactamente con los árboles?
Por todas partes del mundo, como ya dijo el abuelo, los árboles están siendo
cortados a una velocidad mayor de lo que son reemplazados. La gente los corta
para construir casas, para ampliar sus fronteras agrícolas y ganaderas, para utilizarlos
como combustible, para venderlos en forma de madera y para fabricar muebles y
papel, etcétera. Esto desde luego no es
malo, lo malo es no reemplazar los que tiramos y asegurarnos de su
sobrevivencia. En otras palabras debemos concebir a los árboles como seres que
cumplen un ciclo de vida, es decir, nacen, crecen y mueren. Bajo todo un
contexto silvícola resulta necesario aprovecharlos cuando han alcanzado su
madurez óptima, pues algunas especies de árboles que llegan a viejos, se
ahuecan o pudren del duramen (corazón) y constituyen un verdadero peligro. Un
punto de vista, muy equilibrado, que ayudaría a comprender este proceso, lo
comparte Lao-Tsé (Pensador chino y creador del taoísmo), al decir: Cuando el
hombre nace, sus carnes son tiernas y suaves; cuando el hombre muere, su cuerpo
es rígido y duro. Los tallos de los árboles son flexibles y llenos de vigor,
pero cuando se desarrollan y cuando mueren, se secan y se tornan mustios.
Asimismo la rigidez siempre acompaña a la muerte, y la suavidad es símbolo de
vida. Los soldados demasiado rígidos nunca alcanzan victorias; los arboles que
han adquirido plena madurez y fortaleza son víctimas del hacha: “los fuertes y
los poderosos caen mientras los que son suaves y flexibles siguen
desarrollándose”
Sembrar más árboles, aunque sea uno más a su jardín, es una forma de mitigar algunos de los enormes problemas ambientales de este adentrado siglo XXI, es decir, contribuyen a una mayor retención del agua de lluvia, reducen el daño que causan las sequías, los huracanes y las inundaciones. Pero también podrían servir de alimento en tiempo de sequía. Esto se debe a que sus raíces buscan el agua a profundidades sorprendentes cuando no hay lluvia. En tales circunstancias sobreviven cuando otras plantas no pueden lograrlo. Lo más sobresaliente de esto es que los árboles trabajan para nosotros las 24 horas del día para mejorar nuestro ambiente y nuestra calidad de vida, sin ningún descanso ni día festivo. Otra particularidad que tienen los árboles es que fabrican su propio alimento a partir del bióxido de carbono (C02) en la atmósfera, el agua, la luz solar y en una pequeña cantidad de elementos del suelo. En ese proceso los árboles liberan el oxígeno (02) para nosotros poder respirar y alimentarnos.
Sembrar más árboles, aunque sea uno más a su jardín, es una forma de mitigar algunos de los enormes problemas ambientales de este adentrado siglo XXI, es decir, contribuyen a una mayor retención del agua de lluvia, reducen el daño que causan las sequías, los huracanes y las inundaciones. Pero también podrían servir de alimento en tiempo de sequía. Esto se debe a que sus raíces buscan el agua a profundidades sorprendentes cuando no hay lluvia. En tales circunstancias sobreviven cuando otras plantas no pueden lograrlo. Lo más sobresaliente de esto es que los árboles trabajan para nosotros las 24 horas del día para mejorar nuestro ambiente y nuestra calidad de vida, sin ningún descanso ni día festivo. Otra particularidad que tienen los árboles es que fabrican su propio alimento a partir del bióxido de carbono (C02) en la atmósfera, el agua, la luz solar y en una pequeña cantidad de elementos del suelo. En ese proceso los árboles liberan el oxígeno (02) para nosotros poder respirar y alimentarnos.
Por eso, si usted protege a los árboles protegerá también
los ríos, manantiales y cuencas hidrológicas, tan indispensables para nuestra
existencia. Las comunidades con escasez de agua, pero sobre todo las grandes
metrópolis, deberían hacerse algunas
preguntas reflexivas como: ¿Qué está pasando con el agua de lluvia en mi zona? ¿Hay
suficientes árboles para retener el agua en el suelo? ¿Están los árboles desapareciendo
rápidamente?
Además, el sembrar árboles no tiene que ser trabajo sólo
de usted. Puede hacer que sus vecinos se involucren en actividades de
reforestación social y urbana, mediante plantar árboles en terrenos o parcelas de
la comunidad, así como a los lados y sobre los taludes de las carreteras, orillas de ríos
y manantiales. La
reforestación urbana de su comunidad puede marcar la diferencia de su vida.
Recuerde que en la
actualidad el 85% de nosotros vive en pueblos y ciudades, donde podemos actuar
individualmente para mejorar nuestro ambiente natural sembrando y manteniendo
árboles en nuestras calles y apoyando los programas de reforestación que
impulsan los gobierno Federal, Estatal y Municipal. Entre más árboles haya, más protección tendremos contra
las sequías e inundaciones. Pero lo más importante es que contribuiremos a "QUE LOS RÍOS SUENEN NUEVAMENTE”.
Pude ampliar su información si consulta: AGRICULTURA
BIOLÓGICA, 14. ¿A dónde están los manantiales de antaño? en www.insectariumvirtual.com. También puede escribirme a: joaquinbecerra16@gmail.com
y jbecerrazavaleta@yahoo.com.mx.
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