Hemos
olvidado el paladar de aquellos jitomates que realmente sabían a jitomate, o de
aquellos huevos que en verdad sabían a huevo.
Ahora nos
hace daño la leche bronca, aquella que es obtenida durante la madrugadora
ordeña de la vaca.
Ya hasta nos
disgusta el sabor de la carne de pollo de rancho porque sabe a choquilla.
Encima de
todo ello, la comunidad rural más remota exige que se le lleve leche en caja,
huevos blancos de granja y hasta tortillas de máquina industrializadas.
Pareciera
que el incremento de enfermedades y el muy controvertido cambio de identidad
del género humano u orientación sexual, guardase estrecha relación con los
alimentos.
¿Será cierto
esto? ¿Hay maneras de recular este camino?
Reflexión del autor
Permítame decirle que la agricultura orgánica o ecológica, de
donde se desprende la Agroecología, es todo un arte y ciencia, que se ejecuta
con la finalidad de obtener productos agrícolas sanos mediante técnicas que
protegen la salud humana y salvaguardan el ambiente. Se trata, ante todo, de una filosofía de vida, con fuerte convencimiento
para un buen vivir.
Sin tener que recurrir al uso de
agrotóxicos ya sea fertilizantes o insecticidas obtenidos por síntesis química, organismos
modificados genéticamente, aguas negras y
radiaciones en los alimentos, la agricultura orgánica es una disciplina moderna
en expansión, que se nutre de la tecnología campesina tradicional. Se trata de
recuperar valiosas doctrinas de antaño que en verdad funcionaban y que
protegían la salud humana y al ambiente. ¡El
viejo campo, un tanto desgastado y olvidado tiene que convertirse en el vergel
de nuestras mesas!
Hay que recordar que los sistemas
de agricultura orgánica dependen de la rotación de cultivos, empleo del
calendario astronómico o lunar, reciclaje de desechos vegetales, uso de
estiércol animal, incorporación de leguminosas, micorrizas, abonos verdes,
desechos orgánicos composteados y de rocas minerales, junto con el control
biológico de plagas y enfermedades (Lampkin, 2001, U.S. Department of
Agricultura). A este proceso también se le llama apropiadamente inocuidad química.
Como bien lo expresa una famosa frase: "La agricultura es la más noble de todas las
alquimias, porque convierte a la tierra y aun a la majada en oro y da además al
cultivador un premio de salud"
Es importante destacar que este no
es un esquema de producción aislado de los demás sectores, o que solamente se
lleve a cabo en algunos países como México. Es una corriente a nivel mundial
que cada día gana más adeptos y que garantiza con la calidad de un alimento, la
salud de un ser humano.
Impactos
ecológicos de la agricultura orgánica.
La importancia ecológica de la
agricultura orgánica estriba en que se evita la contaminación de la tierra, del
agua y del aire, preserva y valoriza los recursos naturales como base de las
explotaciones agrícolas; protege la fertilidad natural de los suelos a largo
plazo; desarrolla métodos de producción respetuosos del ambiente; permite el
aumento de la diversidad biológica de flora y fauna; mantiene un uso óptimo de
los recursos naturales locales y de los recursos naturales renovables; evita la
erosión hídrica y eólica, la salinidad y la degradación física y biológica de
los suelos; conserva el agua; favorece los ciclos biológicos y evita la erosión
genética. Pero ante todo, los cultivos conservan un sabor autentico y original.
Pero… ¿Cómo saber que un alimento es orgánico o que es inocuo químicamente?
Este proceso de calidad esta supervisado por agencias Internacionales
(Comunidad Europea, Japón y Estados Unidos) que emiten un certificado al
proceso utilizado en la producción de esos alimentos.
En los supermercados o mercados
ecológicos regionales usted podrá distinguir estos productos debido a contener
un sello de tal garantía. A este respecto, se tendrá que apelar mucho a la
ética de los productores o intermediarios. También está prosperando con muy
buenos resultados un tipo de certificación orgánica social o participativa, en donde el
código de honor conforma el sello más inquebrantable en esta materia de
producción. En futuras ocasiones hablaré de ello.
Mientras tanto, mi recomendación
es: Adquiera productos de las “marchantas” que proceden del campo con sus
canastas rebosantes y rollos frescos de verduras. Las hallará generalmente en
las equinas de la calle o bien en los tianguis y mercados sobre ruedas. Estas
personas difícilmente disponen de suficientes recursos para adquirir agroquímicos
y por tanto sus productos no están terriblemente intoxicados. En caso de ser un
consumidor sin igual, es decir, que compra sin premeditación, le recomiendo lavar con agua y jabón muy bien todas
las frutas y verduras antes de consumirlas, ya que varios agroquímicos son
persistentes.
Por otra parte, guisar y consumir inapropiadamente productos orgánicos es tan absurdo como pretender nadar en un
banco arena. ¡De nada serviría tanto esfuerzo y dedicación!
Algunos tipos de abonos orgánicos
más empleados en esta agricultura son: Estiércol de animales; Composta;
Lombricomposta; Abonos verdes; Plantas fijadoras de nitrógeno, Cenizas de
madera, Harinas de diversas rocas y huesos, etc.
Valga el momento para señalar que los orines constituyen una de las fuentes más
valiosas de Nitrógeno o Urea; muy apropiado para hortalizas de hoja ancha. Y
lo mismo resulta ser el uso excremento humano previamente tratado, en cuyo caso
la cacafobia dista mucho por vencer. ¿Le suena asqueroso esto? Pues tenga la
seguridad de que varios países practican y han practicado este tipo de fertilización en diversos cultivos. Es asunto de navegar en la red para darse cuenta de ello.
A nivel mundial, la superficie
orgánica y el mercado de sus productos presentan altas tasas de crecimiento. Lo
anterior es reflejo de una tendencia postmaterialista en los valores de la
sociedad. ¡Estamos virando la historia de la alimentación! México ocupa el 18º lugar por superficie orgánica y el primero en la
producción de café orgánico. Al interior del país, este sector es el subsector
agrícola más dinámico. No obstante otros cultivos como las hortalizas van en un
ritmo ascendente.
Podríamos concluir que este tipo de
agricultura ya constituye una fuerte divisa del nuevo milenio y abre las
puertas para emprender un negocio rentable sobre producción y comercialización
de alimentos sanos, muy en armonía con un mundo ideal anhelado.
Si desea hacer algún comentario o compartir alguna experiencia exitosa, escriba a joaquinbecerra16@gmail.com o bien al interior de este blog.
Fuente recomendada: Manual de agricultura Orgánica;
Limón González, L.H., et. al., 2005.
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