“Tengo mi
propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o
haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el
presente”
Rabindranath Tagore
Durante
nuestra existencia, como personas físicas y espirituales, cruzamos miles de
puertas. ¡Tantas que dificilmente podríamos estimar en número! Algunas veces entramos y otras salimos, pero siempre
bajo un constante fluir. Raramente permanecemos en el umbral del bastidor o
marco.
La mayoría de
estas puertas son físicas y nos proporcionan seguridad y privacidad bajo su estructura.
Otras, en cambio, son metafóricas y nos vinculan al éxito académico, la salud, el
trabajo seglar y hasta con una bella familia.
De vez en
cuando estas puertas se nos hacen estrechas y parecen cerrarse ante nuestros
esfuerzos. Otras veces las cerraduras se corroen y provocan graves desperfectos.
Es aquí cuando más necesitamos ser optimistas.
Una simple
enfermedad pudiera poner en quebranto a la persona que no busca otras alternativas
de tratamiento, pues simplemente se conforma con estar al tanto que “de algo
vamos a morir”. Es así que existen muchos apáticos e indiferentes ante su
salud. No hacen el esfuerzo mínimo necesario para realizarse un chequeo médico
anual; lo consideran injustificado y hasta superfluo. Tal pareciera que ya están
cerrando la cerradura a su vida.
Otro parámetro
tiene que ver con la apremiante necesidad de llevar dinero a casa, lo necesario
sólo para comer. Pero, en este tiempo, los trabajos escasean, están muy mal
pagados y se explota mucho al trabajador. En consecuencia algunos recurren a la
falsa puerta del robo, del secuestro, así como al narcotráfico y el asesinato.
Les falta optimismo para cruzar o construirse una mejor puerta, una que les de dignidad
y respeto. Que les permita andar con la frente en alto.
En cuestión de
amores, las parejas separadas y gravemente enemistadas deben procurarse las
condiciones necesarias para reparar la cerradura o el candado de acceso al interior
de su alma. Cuando esto no sea posible, traten de fabricarse una nueva puerta,
una con mejor calibre e inoxidable. No hay motivo para llevar una vida llena
maltratos y amarguras intrafamiliares que pongan en riesgo la vida. Después de todo,
la puerta de la felicidad es construida o reparada por usted.
Con
mis atentos saludos,
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OPTIMISMO
es
la tendencia a esperar a que el futuro nos traiga cosas buenas. Nos ayuda a enfrentar
las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que
tienen las personas y las situaciones, confiando en nuestras capacidades y en
el apoyo de los demás.
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