El Ritmo
de Nuestra Vida:
Una Rama y Un Chimpancé.
Imagen tomada con fines de enseñanza de: http: //santicolor2.blogspot.mx/. El impresionante Parque Nacional de Khao Yai, Tailandia.
EL HOMBRE ES COMO EL CHIMPANCÉ QUE VIVE DE RAMA EN RAMA EN EL ÁRBOL DE LA VIDA. VA DE RAMA EN RAMA PENSANDO QUE LA OTRA SERÁ MEJOR. GRITA AL DEJAR UNA RAMA Y RÍE AL LLEGAR A LA OTRA. PERO TODA SU VIDA VA DE RAMA EN RAMA, NUNCA ENCONTRANDO LOS FRUTOS DE UNA VIDA DE PAZ Y DE ARMONÍA *
Esta reflexión, amigos,
demarca el ritmo de nuestra vida, que puede ser desde un buen son o un armonioso vals, hasta una terrible
pesadilla. Y es que en este escenario o telón ya levantado para el espectáculo,
tenemos que bailar la melodía que nos corresponda. No podemos sustraernos de
nada, absolutamente de nada. Debemos estar al compás de lo que está ocurriendo
en materia política, ambiental, productiva, económica, social, demográfica,
cultural y educativa.
Sin embargo, debemos reconocer que algunos llevan un
ritmo de vida del todo envidiable, llena de suavidad y de tranquilidad, de
alegría y felicidad. En cambio, otros muchos transitan por esta vida llenos de descontrol
y desesperación, con frecuencia un tanto enfermizos, agobiados y apagados, por
no decir derrotados de esta vida sinsabor. El lenguaje de su cuerpo manifiesta una terrible intranquilidad y desconfianza. Sus manos vibran y sus ojos discurren en todas
direcciones creyendo ser presas de algo. Nada les apapacha y a todo le ven “muros
con tranchetes”. Todos son sus enemigos, sus rivales.
Y es que en su lucha por
sobrevivir, no pueden vivir, y al no vivir se quejan de su suerte, de su Dios y de
los demás. Gimen y sufren porque desean otra clase de vida, una de primer
mundo, del llamado sueño americano o europeo. Desean otro lugar, otro país y hasta otra ciudad. Desean otra casa, una que les de prestigio y categoría. Desean otro
amor, uno que sea más compatible para sus metas, pero también más atractivo para disfrutar lo que les queda de su avanzada edad.
Creen que al llenar estos deseos aprenderán lo que es el bien
vivir. Pero se equivocan, porque su mente los domina y los engaña. Aún con
todos estos satisfactores a su favor, la vida los hace llorar, gemir, por no
saber vivir realmente.
Por consiguiente, si deseas conocer lo que es el bien vivir, necesitas
bajar de la mente al corazón. Necesitas cansarte de ir de rama en rama y reubicarte,
poner los pies fijamente en la tierra y mirar al cielo. Sí, ver y admitir la realidad de
tu vida tal cual es. Comienza por desechar todas esas luchas interiores de tu egoísmo
malsano y putrefacto, de ese orgullo y poder que te está asfixiando, de esa
terrible ambición por la opulencia e insaciable riqueza material que sólo te
dará tres meses más de vida. Y una vez que reconozcas la importancia de llevar
un ritmo más humano, más suave, y más acorte a las necesidades básicas de tu
vida, la salud de tu persona se recobrará y verás por primera vez los frutos de una vida de paz y de armonía.
Descubre pues cuales son tus cualidades, tus talentos, pero también tus
defectos. Alimenta dichas cualidades deseables, eliminando gradualmente tus
debilidades. Solo así podrás brillar en medio de esta gran sinfonía universal
la melodía que te corresponde.
Con mis atentos saludos,
____________________________
* Nota aclaratoria: Esta
frase e idea general está basada y arreglada a partir del documento Om Mani
Padme Hum/El Camino del Guerrero del Arco Iris. Se presenta como un llamado a
la conciencia del bien vivir, tanto para las comunidades rurales como urbanas.
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