Resumen: Ave endémica de México enlistada en la NORMA Oficial Mexicana
NOM-059-SEMARNAT-2010 bajo la categoría “en peligro de Extinción (P)”. La Lista
Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) la
ubica al en la categoría de vulnerable (VU). Se trata de una de los
odontofóridos más amenazados del Continente Americano, considerada desde 1941, a punto de
desaparecer. ¿Una delicia prohibida...?
Nombre e Imagen Cómico.
El “chivizcoyo”, “perdiz
veracruzana”, “gallina de monte veracruzana” o “codorniz coluda veracruzana”,
como vulgarmente se le conoce a esta ave de mediano tamaño y cola muy corta,
tiene una imagen hasta cierto punto cómica debida a su pequeño cuerpo y a sus
desproporcionadas patas largas. Su nombre científico es (Dendrortyx barbatus Gould),
y se trata de un odontofórido (Véase nota al final) de 250 a 300 mm y unos
350 gramos de peso. Es similar en tamaño y aspecto a las otras dos especies del
género Dendrortyx, y su distribución se traslapa muy ligeramente con la de la
llamada “perdiz mexicana de los volcanes”, cuyo nombre científico es Dendrortyx
macroura. No obstante, la “perdiz veracruzana” se distingue por tener la
garganta de color gris, de donde le viene el nombre de barbatus, que significa
"barbada", y la cabeza parda.
El pico es rojo, lo mismo que el anillo de plumas alrededor del ojo; el ojo es
oscuro. El largo de sus uñas también es singular, ya que las tiene casi del
mismo tamaño que los dedos. Y debido a su naturaleza tímida y escurridiza, el
“chivizcoyo” o “codorniz dedilarga”, llamada así por sus dedos largos, es quizá
la categoría de codorniz menos conocida por lo restringido del hábitat en el
que actualmente se encuentra.
Cuando el chivizcoyo se topa con
un ser extraño corre de inmediato y, si se siente perseguida, opta por un vuelo
rápido y corto para esconderse entre la vegetación baja, como lo hacen la mayor
parte de las codornices. Esta ave tiene una prerrogativa que carecen otras
aves, pues su canto es admirablemente melodioso y complicado, tanto así que los
especialistas lo han descrito mediante “una serie de cuatro silbidos fuertes y
penetrantes, que poco a poco aumentan de intensidad y frecuencia para
complementarse con una serie de escalas rápidas formadas de notas de intensidad
diferente". En la Sierra Mazateca de Oaxaca, los campesinos le atribuyen cualidades para barruntar (o
predecir) la lluvia a través de sus vocalizaciones. Sin duda, parte de la
cosmovisión mesoamericana de gran valor.
Las patas del chivizcoyo
resultan ser muy fuertes para escarbar la tierra y constituyen su mejor
herramienta para conseguir su comida. Entre sus alimentos preferidos se
encuentran los bulbos de diversas plantas, larvas y pulpas de diversos insectos
que originalmente se les puede hallar sólo escarbando la tierra. Sus insectos
preferidos son los ciempiés, grillos y gorgojos; aunque las semillas tampoco
faltan en su dieta. En cautiverio se les ha proporcionado frutas, verduras y
algún tipo de alimento y concentrado para gallinas, obteniendo resultados positivos.
Entre las Dos Madres del Este Oriental Mexicano.
Es muy raro avistar a la
“codorniz coluda veracruzana”, ya que habita sitios poco accesibles y prefiere
los bosques de niebla, un complejo ecosistema también llamado Bosque Mesófilo
de Montaña. Muchas poblaciones se restringen al bosque de pino-encino y a la
vegetación riparia o de galería, a lo largo de arroyos y ríos. Habita en
elevaciones que van de los 900 a 3100 m.s.n.m., preferentemente en bosques
perturbados y hábitats asociados con la agricultura, incluyendo el café de
sombra.
La distribución de esta ave se
circunscribe a la Sierra Madre Oriental y Sierra Madre de Oaxaca, sobre el Este
oriental mexicano. Se considera que las
poblaciones más grandes se encuentran en Veracruz, desde las estribaciones del
Volcán Cofre de Perote, pasando por Xalapa de Enríquez, Oeste de Coatepec,
Cuenca del Metlac y Orizaba (faldas del Volcán Pico de Orizaba), para rematar
en la Sierra de Zongolica; lo mismo que en la Sierra Gorda y áreas adyacentes
del estado Querétaro. Poblaciones más pequeñas han sido reportadas para los
estados de Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla.
Y de acuerdo con
Aguilar-Rodríguez (2000), esta “perdiz veracruzana”, es asimismo una de las
especies de aves más conocidas a nivel local en la Sierra Mazateca de Oaxaca.
Los campesinos de origen indígena reconocen a esta ave bajo el nombre de
“Cayoshcho” (náhuatl), “Tuhú” (mazateco) y “Erquí” (mixteco), identificándola
fácilmente por su canto y por los daños que ésta les ocasiona en las
plantaciones de frijol, como una de las plagas más frecuentes. Por su parte, en
la Sierra de Zongolica, Veracruz, con una población mayormente indígena, es
conocida con el nombre náhuatl de “Cayoscho”, nombre semejante al de la Sierra
Mazateca de Oaxaca.
Según observaciones de campo
realizadas por T. Olmos y J. Becerra (2007-2009), para un proyecto sobre
Conservación de la Biodiversidad, en Coscomatepec, Veracruz, se han visto y
escuchado pequeñas parvadas de “chiviscoyos”, lo que da mayor testimonio sobre
su existencia regional. Dichas poblaciones están restringidas fundamentalmente
hacia las barrancas y cañadas, como consecuencia de la destrucción y
fragmentación masiva del Bosque Mesófilo de Montaña a nivel local.
Por su parte, la distribución
adyacente de la “gallina de monte veracruzana” entre los estados de Puebla y
Oaxaca, parece estar dada por la existencia de una continuidad en los
ecosistemas vegetales que quedan separados por una breve franja de tierra del
Estado de Puebla. No obstante el área de la posible distribución de esta ave,
en el Norte de Oaxaca, que ha sido reportado por Aguilar-Rodríguez (2000),
incorpora a los poblados de San Francisco Huehuetlán, Teotitlán del Camino,
Huautla de Jiménez, La Esperanza e Ixtlán.
Esta zona está cubierta por importantes extensiones del Bosque Mesófilo de
Montaña y de Pino-Encino, en diferentes grados de perturbación.
Codorniz en Salsa de Pétalos de Rosas: ¿Una Delicia Prohibida?
Según Aguilar-Rodríguez (2000) y
demás autores consultados, esta “perdiz veracruzana” está catalogada como una
de los odontofóridos más amenazados del Continente Americano y considerada a
punto de desaparecer desde 1941 (Referencia: Loetscher 1941), a pesar de ser
considerada como un ave endémica de México. Los estudios poblacionales y los criterios
de evaluación, implementados a la fecha, la ubican en la categoría “en peligro
de Extinción (P)”, por lo que está enlistada en la Norma Oficial Mexicana
NOM-059-SEMARNAT-2010. Por su parte, la Lista Roja de la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la ubica al en la categoría de
vulnerable (VU). Afortunadamente, desde
la década de los 90, se comenzaron a realizar observaciones y registros en la
parte central del estado de Veracruz, específicamente en los municipios de Coatepec
y Xico, disponiéndose a la fecha de una mayor información sobre distribución
local y grados de conservación.
Aunque el mejor hábitat para la
“codorniz coluda veracruzana” son los bosques húmedos y frescos, ésta es capaz
de adaptarse a la selva subtropical, lo que la convierte en una de las especies
más interesantes dentro del grupo de las codornices con mayor resiliencia. Debido a que, por fortuna,
todavía no es tan preferida por los cazadores furtivos, casi siempre sale ilesa
de su escondite. Pero los campesinos de la Sierra Mazateca de Oaxaca sí la
incluyen ocasionalmente en su dieta cuando logran capturarla o cazarla por
diversos medios. Recuerde que constituye una plaga frecuente de sus cultivos
frijol y maíz. El guiso o aderezo que se prefiera me hace recordar aquella
novela y película de Laura Esquivel (1989), “Como agua para chocolate”, donde
se presenta a la codorniz en salsa de pétalos de rosas como el "plato del
amor" y donde se asegura que para elaborar el mole (guiso color café
obscuro) se usan siete tipo de chiles o ajíes, entre ellos el llamado
"ancho", "pasilla", "mulato", "morita",
"chipotle seco". En los bosques de coníferas del Cofre de Perote, se
aprovechan los huevos o blanquillos del como alimento, los cuales son guisados
de forma semejante a los de gallina. ¡Un alimento de excelencia en vías de
extinción! Su manejo y aprovechamiento sustentable y sostenible queda
sujeto a la autorización y registro de una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre
(UMA), con base en un Plan de Manejo. Si requiere asesoría tenga la bondad de indicarlo en este mismo Blog o al correo abajo indicado.
Según observaciones reportadas a
partir de ejemplares en cautiverio, la “gallina de monte veracruzana” se aparea
al principio de la primavera y anida en el suelo, poniendo de cuatro a seis, y
hasta ocho huevos entre febrero-abril. Por consiguiente, el tamaño de una
nidada reproductiva varía de cuatro a ocho, pero normalmente los números seis
son constantes, y el período de incubación es normalmente de 28 a 32 días.
Componentes y Tensores para la “Perdiz Veracruzana”
En casi todas las regiones donde
se ha observado esta “perdiz veracruzana”, la vegetación prevaleciente es
Bosque Mesófilo de Montaña, y se compone propiamente de una mezcla de especies
primarias y secundarias, así como ciertas especies manejadas y plantadas por
los campesinos locales que también son importantes para la alimentación de esta
ave. Según Aguilar-Rodríguez (2000), algunas de los componentes vegetales son
los Ilites o Ailes (Alnus sp., Betulaceae), encinos o robles (Quercus sp.,
Fagaceae), Cordoncillo (Citharexyllum mocinii, Verbenaceae), Sangregado (Croton
sp., Euphorbiaceae), Chicuábil (Rapanea myricoides, Myrsinaceae) Dalia
cimarrona (Dahlia coccinea, Compositae), helechos o pezmas (Pteridium sp.,
Dennstaedtiaceae), helechos arborescentes (Sphaeropteris horrida, y otras
especies no identificadas, Dennstaedtiaceae) y diversos tipos de tezguates
(Miconia spp., Melastomataceae).
En las porciones remanentes de
bosque primario y secundario donde se ha encontrado esta ave, predominan asociaciones de cultivos de
maíz (Zea maiz, Gramineae) y frijol (Phaseolus vulgaris, Leguminosaceae), así
como cafetales con sombra de varias especies del género Inga sp. (Mimosaceae),
o jinicuiles y chalahuites.
Entre los tensores más comunes
que han contribuido a la reducción de la superficie del Bosque Mesófilo de
Montaña en la entidad veracruzana están:
v Agricultura: se remueve el
bosque para establecer diversos cultivos, fundamentalmente de café, maíz,
frijol y aguacate. En los últimos años se incorpora chayote, papa y macadamia.
vUrbanización: ciudades
importantes como Coatepec, Córdoba, Coscomatepec, Fortín, Huatusco y Xalapa
acrecientan este entorno. ¡Se prefiere habitar en la corona del Bosque de
Niebla!
v Ganadería: preferentemente
lechera; en menor proporción ovina y caprina.
v
Incendios: raros, pero ocurren
en este ecosistema.
vTala incontrolada: es un hecho
bastante frecuente, nada “clandestino” como lo expresan algunos; ocurre frente
a nuestras narices.
v
Deslaves: cada vez con mayor
frecuencia; reblandecimiento del terreno.
v
Desbordamiento de ríos: ya es
parte de nuestra vida cotidiana; aún en alta montaña.
v
Inundaciones: cada vez más
dramáticas.
v
Azolvamientos: cada vez más
costosa su solución.
v Desplome de los precios
internacionales del café: Sin palabras que agregar.
v Desatención desde hace muchos
años a la cafeticultura veracruzana. El Instituto Mexicano del Café (INMECAFE),
extinta institución del gobierno federal; le ocurrió lo que le está sucediendo
al “chiviscoyo”.
v
Disminución de la superficie o
cubierta vegetal del ecosistema.
v
Reducción dramática de biomasa.
v Reducción drástica de
poblaciones biológicas, ejemplos: Cyatheaceae, Dicksoniaceae, Magnolia
dealbata, Podocarpus, Quercus skinnerii, Symplocos coccinea, S. limoncillo,
Ulmus mexicana.
v
Aumento de la tendencia a la
extinción de especies.
v
Gran ignorancia académica y
social: casi no hay estudios sobre sucesión ecológica y acahuales en el Bosque
Mesófilo de Montaña; aún así se alardea con restaurar este ecosistema.
v
Incomprensión y desinterés por
parte de la sociedad y de los gobiernos: parecen problemas ajenos, sin el
interés suficiente. Tal parece que esperamos el retorno de Kaliman, el héroe
nacional de antaño; el hombre increíble que nos salvará.
v
Extracción selectiva de
especies: orquídeas, bromelias, palmas, helechos, equisetos, anturios, cycadas.
Especulaciones de un Autor no Especializado en Aves.
A juzgar por la evidencia de
todos los registros que nos proporciona la literatura publicada hasta la fecha,
la presencia del “chivizcoyo” en México es más numerosa de lo se pensaba
anteriormente, aún desde 1941. La especulación del autor, no especializado en
aves y que pudiera estar delirando, es que quizás no se trate de una especie en peligro de extinción, sino
más bien que, ha hecho falta realizar un trabajo concienzudo de campo y una
redescripción más detallada sobre la morfología, anatomía y ciclo de vida de
esta especie. En consecuencia, la descripción original tiene que ampliarse y
debe ser difundida con la finalidad de desarrollar una mayor sensibilidad
ambiental entre los habitantes y auténticos dueños del bosque. Sin escatimar
que la población urbana y periurbana requiere con mayor urgencia de reaprender
y desaprender ciertos vicios y enseñanzas de carácter meramente ambiental.
Las comunidades vegetales donde
habita el “chivizcoyo”, francamente están muy fragmentadas a la fecha y
lamentablemente seguirán disminuyendo si, en definitiva, no hacemos algo al
respecto.
El Bosque Mesófilo de Montaña,
el hábitat más preferido por la “codorniz coluda veracruzana”, alberga el mayor
número de especies amenazadas, raras, en peligro de extinción o sujetas a
protección especial, según NOM-059-SEMARNAT-2010, más aún que las selvas altas
perennifolias. Se ha provocado la
reducción total o parcial de las especies de fauna endémica y migratoria, a tal
grado que resulta casi imposible encontrar animales que sólo las generaciones
de antaño, es decir, los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, conocieron a
detalle.
Otro buen ejemplo aparte del
“chivizcoyo”, de quien ya hemos dilucidado duro y tendido, es el “ocelote”, al
cual debe su nombre el glorioso pueblo de Teocelo (Teo-ocelot, o “Dios ocelote” o “el Dios tigre”), aunque
podría ser más aproximado expresarlo como “En el lugar del Tigre de Piedra”. La
referencia de lo antes citado se encuentra en ciertas notas históricas de los
tiempos prehispánicos que indican que los lugareños tenían un tigre de piedra
como imagen de su dios. Desafortunadamente, también ya son escasos los
individuos que pueden observarse de este felino en los relictos del Bosque
Mesófilo de Montaña en la región central del estado de Veracruz, por lo que
sería necesario elaborar alguna nota informativa sobre esta singular especie.
Si usted tiene información y quiere contribuir para el siguiente tema, puede escribir a joaquinbecerra16@gmail.com. Con mis atentos saludos.
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Nota: Los odontofóridos
(Odontophoridae) son una familia de aves galliformes conocidas vulgarmente como
codornices del Nuevo Mundo, colines y corcovados. Son aves pequeñas no
relacionadas a las codornices del Viejo Mundo, pero se las denominó con el
mismo nombre por su apariencia y hábitos similares. Las especies americanas
están en una subfamilia propia (Odontophorinae), mientras que las del Viejo
Mundo están en la subfamilia Ptilopachinae y la familia Phasianidae.
LECTURAS SUGERIDAS:
AGUILAR-RODRÍGUEZ, S. H. 2000. Registro de la
perdiz veracruzana o Chivizcoyo (Dendrortyx barbatus Gould) en la sierra norte
de Oaxaca, México. HUITZIL Vol. 1, No. 1
ALTUZAR C. A., 2006. El Chivizcoyo. Por una cultura
ambiental: CONECULTA-Chiapas. www.conecultachiapas.gob.mx
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