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domingo, 8 de septiembre de 2013

Siempre que un Árbol Estorba ¡Lo Derribamos!



“No hay que desmerecer el poder de la naturaleza y su capacidad de recuperación, ni en las ciudades ni en los jardines y patios de casa                          Richard Forman


  
Siempre que un árbol nos estorba, ya sea en la parcela o patio de la casa, procedemos a derribarlo de inmediato, sin tan siquiera efectuar el más mínimo análisis para su rescate o reubicación. Cuando este mismo árbol levanta el concreto de las calles, truena los cimientos, obstruye el drenaje y cableados (eléctricos, telefónicos), realizamos la misma operación: lo derribamos sin tan siquiera imaginar que una poda de copa o raíces, técnicamente bien dirigida, pudiera evitar su pérdida. Es que quizás vemos a los árboles como objetos insensibles o simples, sin más valor que su color verde.

Richard Forman, prestigioso ecólogo y profesor estadounidense, defiende la diversidad que existe en el patio de casa y señala que el futuro del medio natural depende de esta riqueza biológica urbana. En un jardín promedio de los suburbios de Londres, por ejemplo, se han podido identificar hasta un 40% de los especímenes de la fauna y flora de las islas británicas. Y en ciudades tan industrializadas como Düsseldorf, Alemania, se ha comprobado que la naturaleza aprovecha cualquier espacio abandonado para florecer. Podríamos decir que la naturaleza se abre paso y saca ventaja tanto de la acción como de la inacción del hombre urbano. 

Si usted es observador, verá que alrededor de muchas ciudades como la nuestra se desarrolla de forma espontánea un círculo o anillo vegetal que atiende las necesidades de la población, en el que generalmente se localizan fuentes de agua, alimentos y diversas redes de transporte. Es este anillo vegetal al que también hay que cuidar y rehabilitar, pues es la fuente del agua que bebemos y del oxigeno que respiramos, amén de cientos de productos forestales no maderables que usamos y consumimos procedentes de estos remanentes vegetales, tales como los hongos, frutos silvestres, flores, hierbas condimentarais y medicinales, aves cantoras, etcétera.

Nunca debemos subestimar que la naturaleza es caprichosa, terca y persistente. Se restaura y se reconecta de forma espontánea y masiva, según disminuyen las emisiones de efecto invernadero y al disminuir el uso de combustibles fósiles; y ciertas especies desarrollan mayor plasticidad ante las condiciones más adversas. Sin embargo, nosotros le podemos hacer el trabajo más fácil a la naturaleza si cuidamos y protegemos cada árbol de nuestro patio o parcela, de nuestra colonia y comunidad donde actualmente vivimos. 

Antes de tirar un árbol, por mucho obstáculo que se considere éste, habrá miles de opciones que tomar. Necesitamos ingenio procedente de nuestra cabeza y la aplicación del corazón en las obras de rescate y conservación. 

Con mis atentos saludos,
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Enlace recomendado: http://nuestra-tierra.laverdad.es/medio-ambiente/biologia/2718-no-hay-que-desmerecer-el-poder-de-la-naturaleza-para-regenerarse

domingo, 26 de mayo de 2013

DOS ACTITUDES DE VIDA: CONSTRUIR O PLANTAR

Cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar. 


Los constructores un día terminan aquello que estaban haciendo y entonces les invade el tedio. 


Los que plantan a veces sufren con las tempestades y las estaciones, pero el jardín jamás, jamás, para de crecer.


Paulo Coelho


Los seres humanos anhelan con vehemencia construir o edificar una vivienda, sea modesta o extravagante. ¡Allí está puesto el corazón y esfuerzo por varios años! Esto no es necesariamente incorrecto, pues construir permite ver, algún día, la obra terminada. Pero ante todo da más seguridad en la vida y hasta un sentido de estatus social, ya que por fin se puede ser "dueño" de algo. Otros sin embargo se quedan en la “obra negra” y nunca terminan debido a la falta de recursos económicos y también por carecer de la tenacidad necesaria. Su vida pareciera estar fragmentada y un tanto desordenada, ya que “sacar en limpio la obra” es asunto de orden y disciplina, de mayor esfuerzo y sacrificio; también es un indicador de la salud física y emocional que se tiene por el momento.

Edificación con bambú en Guayaquil, Ecuador, actitud de gran sabiduría hecha realidad.

Algunos constructores pueden demorar años en sus tareas, pero algún día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se detienen, al igual que los primeros, porque ya no hay más que agregarle o hacerle a la obra. Es aquí cuando quedan limitados y consumidos por sus propias paredes, por la consumación de su obra. La vida de ellos finalmente pierde sentido porque la construcción se ha terminado. Tal pereciera que no hay más aspiraciones, excepto disfrutar un poco lo alcanzado con tanto esfuerzo y sacrificio, a sabiendas que nada podrán llevarse cuando finalice su ciclo vital temporal en  los andares de la vida.


La otra decisión que, desde mi punto de vista, resulta más sabia es plantar, tal como lo refiere Paulo Coelho. En este contexto son principalmente las amas de casa, todas aquellas mujeres aferradas al hogar, quienes exhiben mayor interés por tener plantas en sus viviendas, sean éstas ornamentales, de valor alimenticio, condimentario y hasta de uso medicinal o religioso. También existen varios hombres con vasta experiencia en la agricultura y jardinería. Es en este caso cuando cada ciclo o temporada de siembra y cosecha se constituye en una nueva experiencia, ya que cada combinación de suelo y semilla es maravillosamente única. Los resultados y el proceso difícilmente llegan a ser los mismos para una siguiente temporada de cultivo, muy a pesar de emplearse la misma especie o cimiente. Cada cultivo recibe el sol, la luna y las lluvias de distinta manera y bajo dinámicas astronómicas divergentes, por eso esta obra resulta más enriquecedora. Nuca se desvanece ni termina.

Cosecha de maíz en Chiapas, México, actitud interminable de experiencias y sabiduría. 

Pero los cultivadores sufren a menudo por las inclemencias estacionales, con las plagas y enfermedades, a veces con pérdidas totales o parciales. Los jornales de trabajo son extenuantes, van de sol a sol y de domingo a domingo. Esto no les desalienta, porque al contrario de un edificio, el jardín o el huerto jamás dejan de crecer y producir. Al mismo tiempo que exige toda la atención del cultivador, sea jardinero u hortelano, también permite que la vida sea más dinámica, polifacética y represente una aventura llena de nuevas experiencias y desafíos. Por otra parte los cultivadores se conocen entre sí y llegan a intercambiarse los productos de su arduo trabajo, con tanta satisfacción y pasión. Ante todo perfeccionan el contexto de que en cada planta está el patrimonio natural de un país, el crecimiento de la madre tierra, y la permanencia de nuestra vida como especie. También profundizan su paz y sosiego, pues la salud de un huerto o jardín, al igual que la edificación, es el vivo reflejo de cómo están sus dueños u operadores. 

Por otra parte, si de cultivar personas se trata, los padres y los maestros se perfilan en esta trayectoria. Lo hacen con amor y dedicación, con gran sentido de responsabilidad y ética. Aunque nunca cosecharán los frutos que ayudan a crecer y desarrollar, allí está una gran parte de la inversión de su vida. Algunas veces gozosos, pero otras llenos de desconsuelo y terrible dolor. Los resultados de este cultivar siempre serán inciertos, a pesar de los tantos valores y disciplinas que se ostente cimentar en los descendientes o alumnos. Es tan semejante como aquel arquero que va a disparar y no está seguro de si el proyectil dará justamente en el blanco. Hay de por medio varias atenuantes, las del medio físico, la calidad de los instrumentos y la seguridad en sí mismo. Es como este caso cuando los padres hacen gala de sus mejores armas para la siembra, crecimiento y desarrollo de sus hijos, pero con resultados inimaginados y con frecuencia a fondo perdido. ¡Esa es la realidad! 

Hemos sido educados bajo el concepto de los bienes materiales y de quién tiene más poder. Por eso nuestra aferrada dependencia es a tener casas, terrenos o parcelas, autos, joyas, cuentas bancarias y todos los grados académicos que nos proporciones fama y un reconocimiento especial en la sociedad. ¡Cómo nos cuesta trabajo ser auténticos y entender que muchas cosas pueden crecer en libertad! Sin prejuicio y sin dolo por la ganancia injusta, pero sí con toda dignidad y con la frente muy en alto. Sin la desconcertante moda de establecer jerarquías y clases sociales. En consecuencia, hay toda una gama de oportunidades para reorientar la vida, para ser menos complicados y sí más felices consigo mismos. Trate de ver todas las oportunidades y saltar tras ellas. ¡No sólo lo intente! ¡Hágalo! Después de todo, somos constructores de nuestro destino, algunos a medias, otros con una mayor perfección, pero la mayoría apenas iniciando esta gran obra de la vida: construir o plantar. Ese es el reto. 

Con mis atentos saludos,

sábado, 23 de marzo de 2013

El Jardín es un Indicador Ambiental de la Salud Física y Emocional: Consejos prácticos para mejorarlo.



Su jardín o huerto, así como sus plantas y el suelo donde cultiva éstas, es el reflejo de la  salud física y emocional. ¡Sí, la de usted!  Constituyen un minucioso indicador ambiental sobre la clase de vida que se lleva. Un jardín enfermo, desordenado, lleno de malezas y plagas, indica, con frecuencia, que algo está mal en su persona. Por el contrario, un florido y vigoroso jardín es sinónimo de equilibrio, de orden, y de paz interna. Por consiguiente, algunas recomendaciones prácticas para mejorar el jardín son:




1.   SELECCIONE DILIGENTEMENTE LAS ESPECIES, EL SITIO Y EL DISEÑO MÁS ADECUADO; CON UNA FISONOMÍA AGRADABLE Y HASTA RELAJANTE. Para establecer un lindo jardín, existe una gran diversidad de plantas con flores, arbustivas, herbáceas, árboles frutales o solamente ornamentales de follaje. Permítase el tiempo para seleccionar las plantas de su mayor preferencia. Todas las personas nos identificamos con ciertas especies vegetales. Y… eso es muy bueno. Por consiguiente no albergue lo que le impongan o regalen, a menos que esté pensando en un reservorio o banco de recursos genéticos de plantas ornamentales. Recuerde que las plantas serán nuestras aliadas por el resto de la vida. No sería sensato destruirlas a cada instante como consecuencia de una mala selección. Tampoco se atreva a plantarlas muy cerca de los drenajes, muros, cimientos, banquetas, ni tampoco bajo tendidos de cableados eléctricos, en caso de que las plantas resulten ser de porte grueso o muy altas (bambúes, árboles, arbustos). Algunas especies como ciertos Ficus sp. taponan los ductos del drenaje y, en muy raras ocasiones, penetran al interior de nuestra casa vía el WC (Water Closet), conocido también como inodoro ó retrete. Vea el punto sobre Podas. 

2.   APRENDA SOBRE LAS TÉCNICAS DE PLANTACIÓN: Haga hoyos o cepas suficientemente amplios (40x40x40 cm, ó más). Preparar un ambiente de siembra amplio permitirá un mejor arraigo y desarrollo de la planta. ¡No escatime este esfuerzo! Ahora mezcle la tierra extraída con estiércol o composta (o bien lombricomposta). El estiércol de caballo, asno y vaca pone muy vistosas a las plantas con flor. Si durante la apertura de los hoyos observa presencia de plagas (bichos, hongos, huevecillos, etc.) le recomiendo dejar asolear (solarización) las cepas ya abiertas durante 15 días. Puede aplicar, si lo prefiere, un puñado de cal agrícola en polvo o bien azufre, también en polvo. Si le es posible en su comunidad conseguir najayote (agua de nixtamal o nixtamalización del maíz), entonces empape la cepa u hoyo, incluyendo la tierra extraída y deje reposar algunos días. Hecho todo lo anterior está en condiciones de efectuar una exitosa plantación. Para ello, remueva primero la bolsa o recipiente que contiene a la planta. Hágalo como mucho cuidado y delicadeza. Posteriormente calcule o mida la profundidad a la que deberá quedar el cepellón de la planta. El cuello de la planta (punto de contacto raíces-tallo), no deberá quedar abajo del nivel del suelo, pero tampoco demasiado saltado o expuesto sobre la superficie. Rellene con tierra la parte restante (de abajo), apisonando fuertemente con sus manos. Posteriormente coloque al centro del hoyo la planta, tal y como le gustaría que quedará. Ahora apórquele de tierra por los lados y apisone fuertemente con sus dos manos. ¡No le baile o le brinque a la planta, pues esto daña el sistema de raíces! Le recuerdo que una vez en el suelo, las raíces serán la parte fundamental para la búsqueda de nutrientes y agua. Finalmente, si el tallo es demasiado largo y aún está débil y dobladizo, colóquele un tutor (entutorado) a fin de auxiliarle para estar inhiesto. No olvide amarrarlo muy suavemente con algún cordón. Tampoco se olvide desatarlo una vez recuperada su rectitud y rigidez.

3.   EL RIEGO DEL AGUA SE DEBE ADMINISTRAR SIN GENERAR ENCHARCAMIENTOS.- Sobre este apartado se requiere de mucha observación y aprender siempre de los errores o fracasos. ¡Hay que desarrollar un ojo clínico! Pero como regla general no debemos descuidar el riego durante el primer año de la plantación. El agua de lluvia es mucho mejor que la de grifo o doméstica-entubada (lea “Los mensajes ocultos del agua”). Pone a las plantas muy bonitas debido a su alto contenido de minerales. Le recomiendo aprovechar el agua de lluvia. Para ello deberá idearse un sistema práctico y sencillo de captación de agua. Muchas personas plantan y dejan a la “de Dios” el futuro de sus plantas. ¡No haga esto! Recuerde que las plantas ahora están aprisionas o enterradas en su sitio-suelo definitivo; cautivas a su destino o “supervivencia del más apto”. Le sugiero regar siempre por la mañana o al atardecer. Estos horarios dañan menos a la planta que está a la intemperie o sometida al estrés del día; también se aprovecha mejor el agua reduciéndose así a velocidad de evapotranspiración. Sobre la cantidad de agua que deberá administrar, siempre es mejor quedarse corto que pasarse. La falta de agua la podemos corregir, pero el exceso o abuso muy difícilmente se podría solucionar. Y… esto trae consigo el aparecimiento de enfermedades fungosas y pudrición de órganos, generalmente raíces. También se deberá proporcionar más agua, es decir, otro riego, cuando la planta esté expuesta fuertes vientos o esté muy asoleada. Por lo general no le recomiendo mojar o empapar con agua las flores (pétalos) porque éstas duran menos y se hacen abortivas. La flor es el preludio para la formación de frutos y semillas. Cuando no cuidamos o manejamos bien las flores, éstas no “cuajan”. Es además el atractivo escénico del jardín, huerto o parcela. ¡Trátelas con delicadeza! ¡Como a verdaderas damas!

4.   COMO “PANCHO PANTERA”, HAY QUE ABONAR O NUTRIR MUY BIEN A LAS PLANTAS. Muchas personas plantan sus plantas o siembran sus semillas y se olvidan de ellas por el resto de su vida. Creen que Dios y toda la hueste de ángeles celestiales vendrán son responsables del cuidado de sus plantas. Solamente las van a ver cuando ya presentan algunos frutos o flores hermosas. No obstante, es mi deber recordarle que las plantan también comen, se alimentan. Y… lo hacen por las raíces, las hojas y el tallo. Por consiguiente, todos los años debemos aportar a nuestras plantas, incluyendo el césped o pasto, algún tipo de abono, preferiblemente orgánico (están los de liberación lenta), o bien una combinación de abono mineral más estiércol o composta. Aplicar esta “comida para la planta” de  2 a 3 veces durante el año. Las cantidades dependerán del tipo y tamaño de la planta, pero generalmente alrededor de 50 gramos/planta son suficientes. El área de aplicación de los fertilizantes, sobre todo agroquímicos- minerales, deberá ser a la altura del punto de goteo de la planta. ¡Nunca lo haga tan pegado al tallo, ni tan cerca de las raíces. Y… ¡Mucho ojo! “Deberá observar cuidadosamente las instrucciones del embase.” Lávese muy bien las manos y los recipientes utilizados, inmediatamente finalizada la tarea. No revuelva esta agua sucia del lavado con la ropa y demás trastos. Le recuerdo que los agroquímicos penetran por los ajos, la boca y por los poros de nuestra piel. Y… como ya dije que las plantas también se alimentan por las hojas y los tallos, puede conseguir en la tienda de agroquímicos, un fertilizante foliar, ya sea orgánico o mineral. Asperje o atomice este nutriente sobre el follaje de la planta; también de 2 a 3 veces durante el año. Verá que se le ponen muy hermosas sus plantas. Yo prefiere algo orgánico, que pude ser inclusive el jarabe o humus de lombriz.

5.   CÓMO ELIMINAR LAS MALEZAS O PLANTAS “NO DESEABLES”. No existen en la naturaleza ni en la jardinería las “malas hierbas”, sino plantas arvenses. Todas las plantas tienen principios activos (metabolitos secundarios) y también un propósito o función en la vida. No obstante algunas hierbas “no deseables” se vuelven competidoras de las “plantas deseables” y es necesario eliminarlas. Para lograrlo, le recomiendo regar antes el área a deshierbar y así podrá extraer las malezas manualmente (con las manos) con más facilidad. Las gramas son muy difíciles, pero podría emplear una pala, azadón y machete, etc. Los herbicidas-químicos disponibles en el mercado, tales como el Faena, el Tordon 101 y el Glifosato, no los recomiendo a nivel de jardinería; primero porque yo profeso una filosofía de vida más ecológico-orgánica, y segundo, porque estamos envenenando a Gaia, nuestra Madre Tierra. Y… debo decirle, aunque usted ha sido ya un testigo ocular de estos hechos, que la naturaleza ya nos está cobrando las facturas muy caras. Y… cada vez serán más elevadas.

6.   COMO LA MONA JACINTA, HAY QUE PODAR PARA LUCIRSE Y VERSE MEJOR: La poda es una práctica que consiste en cortar las ramas de las plantas con el propósito de  producir mayor rebrotes y/o bien controlar el tamaño de la planta. Es un asunto fundamentalmente de estética. Y… hay poda de copa-fronda y también de raíces. Con frecuencia, lo que más  ignoramos son las podas de raíces. Y… no sabemos ni cómo, ni cuánto, ni cuando hacerlas. Lamento decirle que en esta ocasión no trataré este tema. Baste decirle que la poda se realiza, cuando máximo, hasta la mitad de la altura, si se eliminan muchas hojas, en vez de favorecer el desarrollo del árbol lo estaríamos afectando. Hay que recordar que cuando se reduce la cantidad de hojas, también se reduce el crecimiento. En la práctica, si recortamos la punta o rama apical de la planta, reducimos el crecimiento de la misma. Hay árboles frutales (manzana, pera, mango) e industriales como el Ylang-Ylang, que no sobrepasan una altura de 2 metros. Esto permite administrales un fácil manejo fitosanatrio. Es recomendable efectuar la poda al final de la época seca. La poda en dicha época tiene las siguientes ventajas: hay un rápido secado de los cortes; existe bajo riesgo de enfermedades; la cicatrización es muy rápida; los árboles tienen poco follaje y resulta más fácil hacer la poda. También resulta adecuado sincronizar las fechas para las podas, casi finalizando el invierno y al umbral de la primavera. Recuerde que las yemas o brotes tiernos aún están en “dormancia” o “latencia” y se provoca menos daño. El uso-calendario de la “Luna Llena” o de “Luna Tierna”, para hacer esto, es un factor de sabiduría antiquísima. Pero éste será el tema que les estaré considerando en otra ocasión. Las herramientas o equipo básico deberá constar de escaleras, tijeras de podar, serrote, arco metálico con segueta, garrochas podadoras de 6 metros de largo, motosierra de fácil manejo, guantes, navaja, gafas, pasta bordelesa, brocha, etcétera). Como se habrá dado cuenta, no recomiendo el uso machete o moruna para esta labor, toda vez que daña mucho a la planta (la zangolotea) y no deja un acabado estético profesional. A menos que sea hecho por jardineros o técnicos con demasiada destreza y experiencia en la materia. Sugiero emplear un paño bien empapado de vinagre blanco o de manzana, para desinfectar las herramientas que son usadas en estas operaciones. Al pasar a otra planta, evite emplear la herramienta que no ha sido desinfectada. Con frecuencia somos los principales diseminadores de plagas y enfermedades en nuestro jardín debido a falta de precaución. ¡Qué no se duerma el camarón! Y… para proteger o curar las heridas ocasionadas por los cortes-poda, deberá administrarse una pasada de pasta bordelesa con brocha. También podría emplearse, en sustitución, alguna pintura vinilica, cera de abeja diluida y hasta esmalte para uñas. Lo importante es proteger contra posibles pudriciones.

7.   LA DESHIJA: PARA VERSE Y SENTIRSE SOLTERA.- Existe una labor complementaria y similar a la poda denominada “DESHIJA”. Literalmente “quitar o remover hijuelos”. Esta práctica consiste en la eliminación de rebrotes no deseables de un árbol plantado, generalmente por pseudo-estacas (como por ejemplo: Tulipán, Trueno, Chaca, Roble, Teca, Melina, etc.). Aunque ciertas plantas que proceden de semilla también producen muchos rebrotes. Si se dejan varios rebrotes, la calidad del árbol será muy pobre, pues tendrá varios troncos mal formados y poco desarrollados. La deshija debe realizarse más o menos cuando el árbol tiene 1 metro de alto. El mejor rebrote que hay que dejar debe tener las siguientes características: mayor altura y grosor; de forma recta; que sea sano/vigoroso. A lo largo del año se pueden hacer varias intervenciones de podas o deshija ligeros.
  
8.   EL CONTROL DE PLAGAS Y ENFERMEDADES: UN HUESO DURO DE ROER.- En plantas jóvenes, en vías de desarrollo, es frecuente el ataque muchos micro y macro organismos. El más dañino de todos es, quizás, es el barrenador en los brotes, ocasionando retraso en el crecimiento y originando árboles mal formados. Las plantas afectadas por el barrenador presentan en la parte alta de su tallo,  o en las axilas de las ramas, pequeñas acumulaciones de aserrín de color claro que se oscurecen a medida que avanza la infestación y desarrollo de la larva. Algunos especialistas de las plantas, recomendamos el encalado del tallo o fuste, como una medida de limpieza y prevención. Hay quienes consideran innecesaria esta medida y hasta la critican. Pero se trata de la aplicación de una lechada bordelesa (sulfato de cobre, cal y agua) desde la base del tronco de los árboles, hasta la altura de 1 a 1.5 metros. Y… qué cree? Ya existen en el mercado Sistemas de Inyección de Alta Presión, con jeringa de inyección para tallos de las plantas. A través de éstos es posible “curar” o tratar de rescatar a aquellas plantas que han sido muy afectadas por ciertas plagas y enfermedades. ¡Interesante! ¿No le parece?. 
   
   Para el combate de las principales plagas que afectan a las plantas se recomienda primero, el control manual y/o biológico, y como última alternativa el control químico. Muchos organismos no benéficos a las plantas los podemos retirar a mano o bien empleando algunas pequeñas pinzas depiladoras. A los babosos y caracoles les atrae mucho el aroma de la cerveza, por lo que podrá colocar pequeños recipientes enterrados en el suelo y llenarlos de cerveza. Después, al siguiente día por lo mañana, sólo tendrá que retirar estos animalitos. ¡Seguramente que estarán bien borrachos! También da muy buenos resultados colocar cascaras de huevo en derredor de las plantas, o alrededor del tallo de la planta en cuestión. Los babosos y caracoles quedarán pegados y no podrán pasar. Antiguamente, nuestros abuelos pulverizaban con ceniza de madera la mayor cantidad de sus plantas, tanto de jardín como del huerto. La ceniza tiene propiedades repelentes insecticidas extraordinarias; de paso se estará aportando fósforo y calcio al suelo. No obstante hay que estar dispuesto a ver nuestro jardín blancuzco durante algunas semanas, mientras dura el tratamiento. Pero hablar de plagas y de enfermedades en plantas de ornato o jardinería, es un tema muy amplio y muy “duro de roer”. Lo iremos tratando en la medida de vuestras circunstancias.

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